Hace muchos años que admiro a África Fanlo. Hablar con ella es siempre un descubrimiento. Ella no sabe vivir sin una libreta, donde experimenta y encuentra nuevos caminos que ilustrar. Viene del mundo de la pintura y el grabado, ya que estudió Bellas Artes, lo que le ha ayudado a conformar su mirada. Y se inspira en todo lo que le rodea, la naturaleza, los caballos, que se convierten en un mundo onírico, en sensaciones y percepciones que después plasma en todo lo que crea. Es un espíritu inquieto y siempre desea descubrir nuevos formatos, nuevas experiencias artísticas. ¡Descubre sus libros que te enamorarán!
- ¿Cómo te defines?
Es difícil definirse cuando todo cambia constantemente, pero hay algo que siempre se mantiene en mí, soy artista y buscadora. También soy ilustradora, por supuesto.
- ¿Qué es para ti el hogar/la casa?
La casa para mí es el espejo de mi mundo interno. De hecho, siempre he dado gran importancia a los espacios donde he vivido. La casa es refugio y lugar de trabajo para mí, por tanto, es vital estar a gusto.
- ¿Cómo descubriste tu vocación?
No sé si descubrí mi vocación o ella me halló a mí. «Vocación» viene del latín vocatio, que significa acción de gritar. En realidad, tiene mucho que ver con un llamamiento interno, algo que te llega desde la inspiración. Por eso digo que la vocación me encontró a mí.
- ¿En tu casa siempre te apoyaron en tu vocación?
Sí, lo he mamado en casa desde pequeña, tanto papá como mamá han sido siempre personas creativas y por supuesto, hice Bellas Artes, pintura y grabado, dos especialidades.
- Hablando de las primeras veces… ¿cómo fue tu primer día que ilustraste un libro?
La primera vez que ilustré un libro me sentí muy feliz, aunque visto con perspectiva había mucho que mejorar. Cuando dibujas sabiendo que lo verán los lectores existe cierta presión. La primera vez quise hacerlo bien, después con el tiempo quise hacerlo desde la verdad, la autenticidad, trabajando primero para mí y dando menos importancia a la opinión de los futuros lectores.
Lo cierto es que funciona mejor cuando uno se entrega sin pensar en si va a gustar o no. Si yo estoy contenta seguro de que funciona, llega y transmite.
- ¿Cuándo debutaste escribiendo y haciendo de autora de un libro? ¿Cómo fue la primera vez que escogiste tu casa?
¡Bestial! La primera vez que entré a vivir en mi propia casa tuve una sensación de absoluta libertad. También una sensación de identidad muy fuerte, cada cosa que ponía o arreglaba me representaba muchísimo. Cada detalle tenía un sentido, una historia detrás. Decorar, reordenar espacios, echar paredes, estudiar cómo quieres tener tus cosas para aportar belleza y funcionalidad me encanta.
- Cuéntanos por qué decidiste emprender y dedicarte a los libros infantiles? ¿Qué propósito tenías?
Empecé publicando en la revista Cavall Fort y después las cosas vinieron rodadas. Las editoriales me hacían propuestas y yo me echaba de cabeza, pensando qué le gustaría a mi niña pequeña. Con el tiempo he ido cambiando. Quizás ahora necesito trabajar más para adultos, aunque todavía hago álbum infantil.
- ¿Con qué libro te estrenaste?
“Oulembe el Zahorí”, un cuento publicado en Intermón Oxfam con textos de Joan de Déu Prats. Le tengo un cariño tremendo, lo hice todo a mano, y los originales aún los conservo.
- Ilustrar libros infantiles es difícil. ¿Cómo es tu proceso de trabajo?
¡Un caos! El proceso de trabajo es algo como la vida, eliges constantemente, descartas opciones, coges un camino u otro. Diría que básicamente es un proceso de poner límites, decidir a qué juego quieres jugar. Es un proceso lento y laborioso.
No me gusta hacer esbozos, aunque a veces son necesarios. Enseguida visualizo cómo debe ser y ya tengo prisa por verlo. Hago muchas pruebas para elegir cuál será el lenguaje que quiero utilizar. Una vez que lo tengo claro, pongo música e intento disfrutar de cada página.
- Los libros infantiles e ilustrados nunca se morirán. ¿Crees que ha habido una evolución o cambio notorio?
Desde que empecé a publicar hasta ahora creo que ha habido un gran cambio. Ahora se publican cosas más atrevidas, con nuevos lenguajes y modos mucho más artísticos y creativos. Cada vez existen más propuestas interesantes y nuevas que conviven con otras más clásicas en el mercado.
- Los fans de tus libros son los niños, pero al mismo tiempo también los padres. ¿Qué debe tener un libro para tener éxito?
Justamente esto, que tenga varias capas de lectura. Es lo que ocurrió con el libro “Funámbulus”, que muchos adultos lo compraban por sus hijos y al leerlo se veían reflejados.
A veces no es fácil conseguir este multinivel, pero creo que al final, todos los adultos tenemos un niño en nuestro interior que quiere escuchar y mirar cuentos y los que nos dedicamos a esto debemos tenerlos presentes. ¡Los cuentos son para todos!
- Los libros son una herramienta para educar… ¿Es así?
Puede ser, pero no creo que sea bueno introducir un mensaje educativo con calzador. Los libros pueden educar, pero también que un niño corra, salte y juegue a la calle y experimente la vida. La belleza de un álbum puede educar la sensibilidad por el color, por las texturas, por las emociones que pueden transmitir los personajes, las palabras que se utilizan, la forma de narrar, tanto a nivel literario como a nivel de imágenes. Para mí, un libro debe despertarte la curiosidad y la sensibilidad. Si conseguimos esto, ¡ya lo tenemos!
- ¿Cómo te inspiras para crear nuevos libros?
Siempre miro hacia adentro. Es decir, hablo desde mi verdad, lo que siento y lo que vivo son el material esencial para empezar un proyecto. También me inspira viajar, escuchar conversaciones en la calle o descubrir nueva música. En este sentido, la música es una gran fuente de inspiración, por eso este último año he estado frecuentando el Milano Jazz Club, dibujando en una libreta mientras escuchaba la música en directo. De ahí han salido un cartel del 33 Jazz Festival Granollers y una exposición de dibujos.
- ¿Todavía se puede innovar en la ilustración de libros?
¡Verdad tanto! Yo por lo menos lo intento. Los autores y artistas lo pasamos bien buscando nuevas formas de contar una historia. Yo siempre digo que hacer un libro es cómo hacer cine, pero el libro debe contar la historia con frames congelados en páginas. Es necesario escoger muy bien cuáles son las escenas, los personajes, los puntos de vista. Hay infinitas posibilidades, es muy divertido.
- Tienes tu propia escuela de Ilustración “La caseta de los árboles”. ¿Cómo suben las nuevas hornadas?
Actualmente hay muchísima gente con ganas de dibujar y de ilustrar. Hay alumnos que han pasado por la casita que están publicando y entrando en el mundo profesional. Hace mucha ilusión. Esta pregunta me hace sentir un poco vieja. Aparte de ilustrar libros, has hecho el cartel de la Feria de Abril, portadas de revistas. ¿Cómo te sientes con estos nuevos formatos?Bienvenidos los formatos fuera de los álbumes, de hecho estoy entusiasmada con el dibujo en directo en los conciertos. Hice uno en junio en la casa Seat, y ¡me lo pasé pipa!Estoy descubriendo una nueva faceta mía, donde reivindico el dibujo en directo como arte escénico. A ver si consigo ir haciendo todo lo que tengo en mi cabeza.
- Aparte de ilustrar libros, has hecho el cartel de la Feria de Abril, portadas de revistas. ¿Cómo te sientes con estos nuevos formatos?
Bienvenidos los formatos fuera de los álbumes, de hecho estoy entusiasmada con el dibujo en directo en los conciertos. Hice uno en junio en la casa Seat, y ¡me lo pasé pipa!E
stoy descubriendo una nueva faceta mía, donde reivindico el dibujo en directo como arte escénico. A ver si consigo ir haciendo todo lo que tengo en mi cabeza.
- ¿Aparte de libros, diseñas peluches, juguetes y packaging…?
Si, la aplicación de ilustraciones a otros formatos es muy amplia, a veces pensamos que los libros son el único espacio para la ilustración, pero ahora mismo tenemos muchísimos espacios en los que podemos trabajar. Durante años estuve ilustrando puzles y otros juguetes, ahora me gustaría entrar en el mundo del textil.
- Hablando de ti. ¿Has vivido en muchas casas? ¿Qué recuerdos guardas de cada una?
He vivido en varias casas, sí. Cada sitio ha sido especial y guardo muy buenos recuerdos. La casa del pueblo donde veraneábamos con la familia, mi primer piso en el que viví muchos años y la casa en la que vivo ahora han sido los lugares que más me han marcado mi vida. Recuerdo saltar por las azoteas de mi ático como un mono para ir a recuperar a mi gato, que sabía marcharse, pero no volver.
- ¿Cómo es la casa de África?
Salvaje, llena de árboles, con muchos libros y un taller en el jardín.
Para llegar tienes que andar por el bosque, pero vivo en Barcelona, un curioso contraste. A menudo me cruzo con jabalíes, y me hace sentir viva. Hay guindillas por todas partes, arañas, mosquitos, murciélagos, pájaros, incluso serpientes.
- ¿Qué es lo que nunca falta en tu casa?
Buena música y materiales para pintar y dibujar. En casa puedes encontrar pinceles y pinturas en cualquier rincón.
También me gustan mucho los aceites esenciales y siempre pongo en un difusor, para crear diferentes ambientes. Los olores son muy importantes, te pueden relajar, concentrar o traerte recuerdos de niñez.
- ¿Qué es lo que más valoras cuando buscas una?
La luz, el silencio y el entorno natural.
- ¿Te ves dejando la ciudad para vivir cerca del mar o de la montaña?
¡Sí! Seguramente será así, aunque ya vivo en la naturaleza, todavía me siento demasiado cerca de la ciudad.
- ¿Tienes una casa minimalista o llena de muebles?
El estilo minimalista no me gusta y las casas llenas de muebles tampoco, así que mi casa sería un en medio.
- ¿Hay algún objeto que siempre te has llevado contigo a todas las casas?
Sí, una mesa de cristal enorme, donde siempre he trabajado. Es una mesa de 2 metros por 90cm, un gran espacio para desplegar mis dibujos y materiales, con patas de hierro muy sencillas y funcionales. Pesa como un muerto, y cada vez que hago un traslado sufro por si se rompe.
- A la hora de pintar una casa, ¿te gustan los tonos cálidos o el blanco?
¡Blanco! Me gustan las casas veraniegas. Todo lo que me recuerde en el Mediterráneo me hace sentir bien. Siempre lo combino con elementos naturales…como troncos recogidos en la playa, un ramo de flores silvestres o un cuenco lleno de fruta colorida. El blanco en las paredes da mucha luz a los espacios y siempre queda bien con todo.
- ¿Tienes un rincón de la casa donde te inspiras para crear?
La cocina es la sala de máquinas. Siempre he oído que es el lugar donde ocurren las cosas más importantes como conversaciones, discusiones, comidas, reuniones de amigos, etc.
Muchas veces trabajo en la mesa de la cocina, mientras hay una olla en el fuego.
- ¿Eres muy ordenada o tienes tu orden en casa?
Me encanta el orden, me da mucha paz, pero mi energía es bastante caótica y dispersa, por tanto, ordeno y desordeno constantemente. El orden ayuda a no perder el tiempo, a poder concentrarte ya sentirte mejor. Esto es lo que me digo cada vez que no encuentro las llaves de casa.
- Si volviera a empezar, ¿te dedicarías a lo mismo y lo harías de la misma manera? ¿Qué cambiarías?
Si volviera a empezar me dedicaría a hacer arte otra vez, danza, música o tal vez cine. Lo haría igual creo, con intuición y muchas ganas.
- ¿Qué dirías a los jóvenes que quieren ser ilustradores?
Les diría que escuchen su verdad, les diría que se hagan preguntas importantes y que tengan confianza en sí mismos. Les diría que lo hagan desde el corazón y disfrutando. Ellos son las nuevas voces y tienen mucho que decir, mucho que imaginar y mucho que compartir.
- ¿Cuáles son tus proyectos y retos de futuro?
Estoy preparando una colección de pequeños talleres intensivos online para mujeres que necesitan reencontrarse con su creatividad. Tengo algunas ideas para realizar un nuevo libro para adultos y si me da la vida me gustaría seguir ilustrando en directo en algún concierto.