Hoy tenemos el privilegio de hablar con un hombre emprendedor, aventurero y escritor, de esos que enamora escuchar y aprender. Tiene una vida intensa y muy emocionante, de la que ha extraído la sabiduría de vivir convirtiendo toda dificultad en un reto, siempre en positivo y con ilusión. Es un maestro para muchos, ya que nos estimula a dejar las rutinas para luchar por lo que realmente queremos para nuestras vidas y a comprometernos.
- ¿Cómo te defines?
A mí me gusta definirme como una persona apasionada y comprometida con la vida y la naturaleza. Pero como esto es muy genérico y acostumbramos a necesitar etiquetas concretas, me definen normalmente como aventurero y emprendedor.
- ¿Qué es para ti el hogar?
En una larga etapa de mi vida el hogar ha sido el lugar en el que habitaba y se recogía toda la vida y amor familiar. Ahora mi estructura familiar ha cambiado mucho, y el concepto de hogar también ha cambiado. Ahora es más mi centro de operaciones, que puede ir cambiando de sitio si es necesario, pero que debe serme práctico, inspirador y conectado con la naturaleza.
- ¿Cómo fueron tus inicios? ¿Era tu vocación?
He nacido y vivido hasta los 16 años en Sant Joan de les Abadesses, un pequeño pueblo de los Pirineos. Y ahí siempre estaba fuera, en la naturaleza haciendo deporte, jugando o experimentando. Evolucioné mucho en el deporte relacionado con el entorno natural: moto de trial y enduro, montañismo, correr por montaña, etc.…y todo lo que podía hacer, que no fuera en lugares cerrados o delimitados por rayas como el fútbol, baloncesto, etc. Mi vocación era más el deporte y la naturaleza que el propio concepto de aventura, que fue viniendo después.
- ¿En qué momento de tu vida y por qué empiezas a realizar aventuras de alto nivel?
Tenía siempre cierta ambición de hacer cosas mayores, y de las dos actividades que más hacía, que eran moto (enduro o trial) y montaña, me parecía tener más recorrido en las carreras de motos. Me fui dedicando cada vez más, queriendo hacer siempre mayores retos, y soñando constantemente con el Dakar. Conseguí participar a los 28 años, como deportista y en moto. El primer año tuve un accidente y el segundo lo terminé. Allí pensaba que había conseguido llegar a donde quería y que algún equipo me ficharía, porque lo que yo quería era vivir en torno al deporte y los grandes retos. Pero no me fichaba ningún equipo y, en ese punto me frustré mucho y me di cuenta de que, en realidad, nunca conseguiría ser un deportista de élite. Pero entendí que tenía otras muchas capacidades y que no estaba aprovechando más allá de las físicas o técnicas, y que podía promover mi propio equipo y hacer realidad los sueños. Por eso convertí el deporte sólo en un medio, y la aventura y los grandes proyectos en mi objetivo. Fue cambiar el punto de vista y enfocarme de lleno en una vida llena de aventuras que me ha permitido vivir experiencias intensas por todo el mundo.
- ¿Tenías algún referente en el ámbito de deporte de aventuras?
Mis referentes nunca han sido demasiados del entorno del deporte. Siempre me han inspirado más los exploradores o alpinistas pioneros (no los deportivos): Shackleton, Amundsen, Nansen, Messner, etc.
- Hablando de las primeras veces… ¿cómo fue tu primera expedición? ¿Cuándo debutaste escribiendo libros? ¿Cómo fue la primera vez que escogiste dar una conferencia sobre motivación y liderazgo? ¿Y una sobre sostenibilidad?
Es difícil ubicar mi primera expedición. Desde casi 25 años he ido haciendo pequeñas y grandes travesías o expediciones, a pie, en bici, escalando o haciendo esquí de montaña, etc. Las primeras fueron sobre todo por España, los Alpes y el Atlas marroquí. Pero entonces, dejando aparte mis 9 participaciones en el Dakar, mis primeras grandes expediciones fueron haciendo el proyecto de los “7 Summits” (7 cimas), que me llevaron a escalar la cima más alta de cada continente, con Everest como punto final.
- Has hecho expediciones extremas como subir los 7 picos más altos de cada continente, la travesía hasta el Polo Sur o participado en el Dakar hasta nueve veces. ¿Te gusta ponerte retos?
A mí me encanta ponerme retos en todos los sentidos. Para mí la vida es interesante enfocándola como un reto. Pueden ser retos deportivos o de aventura, o pueden ser otro tipo de retos, a nivel intelectual, de salud, de proyecto familiar, de compromiso social o ambiental, etc. Uno de mis lemas es «Convierte las dificultades en retos». Cuando enfocamos algo como un reto, pasamos a vivirlo en positivo, con ilusión, buscando la oportunidad, siendo realistas, pero siempre con actitud luchadora, etc.
- De entre las expediciones que has hecho, ¿cuál ha sido la más especial y por qué? ¿Y la más difícil?
Sufro mucho siempre que debo contestar a esta pregunta, porque respondería explicando que varias expediciones han sido las más especiales por algo concreto, pero como sería demasiado largo, seguramente elijo la travesía de la Antártida. Por su complejidad, por la magia del lugar, por haberme quedado solo tanto tiempo allí y, sobre todo, porque la vida de aventuras me regaló la oportunidad de vivir una experiencia realmente única y con total conexión con la naturaleza es pura.
- Pasaste 48 días solo en la Antártida. ¿Cómo te organizabas todos los días? ¿Y la logística de la comida y el dormir?
En realidad, cada día era muy igual. Allí la monotonía manda. La logística es uno de los temas más complicados, pero debes trabajarlo antes de ir. Entonces ya entrabas en un protocolo diario concreto, para comer, fundir hielo, montar y desmontar la tienda, comunicarte como podías, preparar el trineo y avanzar toda la distancia posible. Uno de los grandes retos de cruzar la Antártida en solitario es gestionar esta rutina, y hacerla sin errores que puedan comportarte un problema serio.
- ¿Cómo se gestiona física y mentalmente una expedición en solitario como las que has realizado?
Físicamente con entrenamiento, buena preparación técnica y de material, gestionando bien todos los movimientos y límites que el cuerpo te marca durante la expedición.
Mentalmente pienso que existen dos factores clave: Uno es la propia evolución, preparación y entrenamiento mental durante la vida en general y las otras expediciones en concreto. Otro es estar realmente muy comprometido y apasionado en el proyecto. Tienes que sentir en cada momento que aquello es lo que más deseas estar haciendo en la vida, si no, con tantos días y tanto esfuerzo, la soledad y la mente pueden destruirte.
- ¿Qué sentiste cuando llegaste al polo Sur?
Tuve una doble sensación: Máximo placer y tristeza a la vez. Placer porque había logrado un gran objetivo y pronto estaría con la familia y las comodidades de mi vida normal. Y tristeza porque yo ya me había integrado con la Antártida, y había terminado un viaje único a mi vida, sabiendo que no hay muchas oportunidades durante la propia existencia de vivir experiencias tan auténticas y apasionantes como aquella.
- Estabas solo, rodeado de hielo y nieve, ¿en qué pensabas?
Pensar mucho, pensar en positivo y estar bien avenido contigo mismo es la clave para poder estar bien en solitario en un sitio tan extremo como éste. Yo me divierto mucho estando solo y pensando o conversando conmigo mismo. Allí estaba en posición muy expansiva. Pensaba en la familia, en recuerdos del pasado que repasaba hasta el detalle, en nuevos proyectos, en conceptos y contenidos nuevos por artículos y conferencias, en el post que intentaba escribir a diario por mi web, en mi relación con la naturaleza, etc… Hay una inmensidad de temas con los que podemos (y deberíamos estar conectados) desde nuestra conexión con nosotros mismos.
- ¿Cómo te has preparado para cada una de estas expediciones física y mentalmente?
Físicamente siempre estoy activo e intento estar entrenado. Entonces por una expedición concreta acabo de entrenar la parte que más necesitaré. La espalda para cruzar la Antártida, las lumbares para bajar el Ebro con Kayak, las piernas para realizar una carrera de aventura corriendo por etapas, etc…
Mentalmente, lo hago trabajando mucho mi conexión con el propósito de cada proyecto, pues sin ella no sale la fuerza mental necesaria durante tantos días. Y también trabajando en el día a día el saber estar solo, y haciendo cada año como mínimo una actividad de deporte o aventura exigente en solitario.
- ¿Qué aprendizajes tienes después de cada una de las aventuras en las que participas?
Por lo general, cada aventura es una fuente de reflexiones, conceptos y aprendizajes brutal. Son como mi laboratorio de ensayos, de donde salen las ideas para entonces compartirlas en libros, artículos y conferencias. Imposible resumirlos aquí; pero siempre van en torno a las actitudes y el liderazgo tanto a nivel personal, como a nivel organizacional o de responsabilidad social y ambiental.
- ¿En qué momento disfrutas más de las expediciones? ¿Cuándo las planificas, cuándo las llevas a cabo o posteriormente cuando las recuerdas?
Segurísimo cuando las hago. Cuando las planifico disfruto porque forma parte de un paso necesario para un proyecto, pero si pudiera me lo ahorraría. Y a posteriori está muy bien recordarlas y compartir reflexiones y aprendizajes. Pero la máxima intensidad es cuando estamos en medio de la expedición.
- ¿Te preocupa la vuelta a la vida real? Después de tanta aventura, ¿en la rutina del día a día?
No, nada. Yo no me voy de expedición para huir de la realidad de aquí. Me encanta la vida del día a día o normal, pero me apasiona explorar nuevas zonas y vivir experiencias especiales e intensas.
- También eres el primer piloto que ha participado en el Dakar con un coche 100% eléctrico. ¿Cómo aparece esa idea y por qué?
Durante mi proyecto “7 Summits” que me llevó a la cima más alta de cada continente, mi conciencia ambiental se disparó, y llegado al punto más alto de la tierra (Everest), sentí que tenía que comprometerme realmente, porque ser conscientes de ello no es suficiente, y lo que cuenta es la acción. Decidí que nunca más haría actividades de aventura o deporte que directamente perjudiquen al medio ambiente. Llevaba a 8 Dakars en ese momento, y mi posicionamiento firme requería que abandonara esta actividad. Y entonces pensé en aprovechar mi compromiso sostenible y mi experiencia pilotando y montando equipos para el Dakar, para realizar un proyecto de divulgación y concienciación sobre la movilidad más sostenible y la lucha contra los combustibles fósiles: pilotar el primer vehículo 100% eléctrico en la historia de la carrera de motor más dura del mundo.
- Hablando de sostenibilidad, ¿todavía estamos a tiempo de arreglar el planeta?
No. De arreglarlo no creo que estemos a tiempo, ya que lo hemos destrozado tantísimo, que sólo se podrá arreglar él mismo con muchísimo tiempo y cuando dejamos de estropearlo. Pero lo que si estamos a tiempo es para evitar que el tema vaya mucho a peor y que sea un problema irreversible por la biodiversidad y por las condiciones de vida en el planeta Tierra, especialmente la nuestra, de los humanos. Y tenemos cada vez menos tiempo para actuar firmemente. Lo que hacemos esta década es clave para la historia de la humanidad.
- Como comentaba, aparte de expediciones, haces charlas y conferencias donde hablas de ‘liderazgo responsable’. ¿Qué significa para ti este concepto y cómo se aplica en la vida?
Liderazgo responsable es aquél que persigue sus objetivos, pero se responsabiliza del impacto que crea en su entorno, la sociedad y el medio ambiente, todo el proceso seguido para alcanzar los objetivos. Hay demasiado liderazgo «a secas», sin ser responsable de verdad, y esto es un desastre para todo. Un liderazgo que sólo persiga sus intereses sin importarle las consecuencias es un liderazgo malvado y del todo inconveniente por el mundo.
- ¿Eres consciente del seguimiento que ha tenido tus aventuras?
Soy consciente de que ha llegado a bastante gente y, a menudo, de forma inspiradora. Pero también soy consciente de que en un país anglosajón hubiera tenido un seguimiento mucho más potente. Aquí todo lo que no sea deporte convencional no está tan valorado.
- Hablando de tus libros, tienes desde cuentos, app, hasta el último libro hablando de los exploradores del futuro… ¿Todos tenemos dentro ese espíritu explorador?
Todos podemos tenerlo. Ciertamente mucha gente prefiere la rutina, la vida sin incertidumbres, la comodidad y el no asumir ningún riesgo. Pero esto cada vez será menos creador de valor, y por tanto esta gente sufrirá más para proteger su tranquilidad. Creo que necesitamos más espíritu explorador para entender y liderar el futuro, tanto el de cada uno, como el de las organizaciones o el de la sociedad en general.
- La última aventura ha sido participar en un documental: el camino interior… ¿Cómo ha sido la experiencia?
Bien… no lo considero tanto una aventura, como una actividad interesante de comunicación. Pero la experiencia ha sido magnífica. Fue un lujo poder participar en una serie documental tan bien hecha en la que cada persona protagoniza un capítulo, correspondiente a una etapa del Camino de Santiago, reflexionando sobre las actitudes necesarias para entender y afrontar la vida. Cada capítulo es muy interesante e inspirador, y los puede ver tanto en TVE en la Carta como en Movistar Plus.
- Hablando de ti….¿Has vivido en muchas casas? ¿Qué recuerdos guardas de cada una?
No muchas. Concretamente a dos cuando estaba con mis padres viviendo. Y a 3 cuando hice a mi propia familia. La primera fue un pisito en Barcelona, entonces cuando tuvimos el primer hijo fuimos a Osona (El Brull) a una casa de payés de alquiler, y hace 12 años nos movimos a una casa de propiedad en Tavèrnoles (junto a Vic ). Ahora hace poco murió mi mujer, y mis hijos están todos estudiando o trabajando por Barcelona; así que he puesto a la venta mi casa, que es demasiado grande para mí, y no sé todavía cuál será la próxima etapa.
- ¿Cómo es la casa de Albert?
La casa en la que estoy ahora mismo, que como digo la tengo a la venta y en un tiempo la dejaré, es muy chula, está en una zona aislada de naturaleza sin ser una urbanización, pero a 5 minutos en coche del centro de Vic. Tiene el máximo nivel de sostenibilidad en construcción y aislamientos. No utiliza ningún tipo de combustible fósil (tenemos cogeneración y energía eléctrica renovable). Y tiene mucha luz natural por todas partes. Ah… y tenemos un jardín o terreno alrededor, que intentamos tener al máximo naturalizado, esto significa sin césped súper cuidado y árboles que no sean autóctonos, con una balsa donde viven muchos anfibios, etc. No me gustan los entornos demasiado artificializados.
- ¿Qué es lo que nunca falta en tu casa?
Un almacén grande para todos mis “trastos”. Yo puedo vivir en un espacio pequeño, pero necesito un espacio grande para mis juguetes.
- ¿Qué es lo que más valoras cuando buscas una?
Aparte de que sea práctica, valoro mucho que esté en contacto con la naturaleza y sea un lugar inspirador.
- ¿Te ves dejando la ciudad para vivir cerca del mar o de la montaña?
Yo ya soy de pueblo, ya que viví desde los 16 años (en Sant Joan de les Abadesses), y estoy muy vinculado. Entonces viví en Barcelona hasta los 32, pero cuando esperábamos a nuestro primer hijo ya dimos este paso de dejar la ciudad e irnos a la montaña, pero siempre intento tener una pequeña base en la ciudad, y estoy normalmente uno o dos días por semana. Me encanta la ciudad, pero no por vivir fijo.
- ¿Tienes una casa minimalista o llena de muebles?
Podría decir equilibrada… ni rellena de muebles, ni demasiado minimalista.
- ¿Hay algún objeto que siempre te has llevado contigo a todas las casas?
He estado en tres casas desde que dejé de vivir con mis padres, y siempre me he llevado todos los objetos que he aprovechado. No me gusta decorar de cero el nuevo habitáculo, ni por falta de personalidad, ni por sostenibilidad, se debe aprovechar todo lo posible.
- A la hora de pintar una casa, ¿te gustan los tonos cálidos o el blanco?
Cálidos
- ¿Tienes un rincón de la casa donde te inspiras para crear ideas y proyectos?
Sí, me inspiro para escribir y crear ideas o proyectos nuevos, en mi despacho, desde lo que se ve todo el Pirineo, y en invierno frente a la chimenea.
- ¿Eres muy ordenado o tienes tu orden en casa?
Yo diría un nivel 7 sobre 10. No me gusta el caos ni el desorden, pero tampoco gastar demasiada energía y tiempo en tenerlo todo perfecto
- Si volvieras a empezar, ¿te dedicarías a lo mismo y lo harías de la misma manera? ¿Qué cambiarías?
Me dedicaría a lo que estoy haciendo ahora, que me encanta, pero hubiera empezado a enfocarme mucho antes, evitando muchas ‘merdofias’ que he hecho durante el camino.
- ¿Qué crees que se necesita para poder realizar este tipo de aventuras? ¿Cómo animarías a alguien que tenga ganas, pero que no se atreve?
Se necesitan tres cosas básicas:
1) Que te encanta el deporte o actividades muy exigentes y con cierto riesgo. 2) Que tengas una actitud emprendedora, pues cada proyecto es un “Business Plan”.
3) Que estés dispuesto a liderar de verdad tu tiempo, lo que significa renunciar a cosas, crear un modelo de vida que te lo permita, asumir incertidumbres, etc.
Si tuviera que animar a alguien que tenga ganas y no se atreve, le diría precisamente que no se autoengañe. O se equivoca teniendo ganas de una vida y unas aventuras especiales, o se equivoca no atreviéndose a ella. Si realmente deseas algo potente, debes tener el coraje para perseguirlo. Y si no tienes el coraje, significa que o eres un cobarde, o que eso no te interesa realmente tanto. Que simplifique, o una cosa u otra, porque si no vivirá siempre en condicional e insatisfecho. La vida no va de lo que nos gustaría hacer, sino de lo que activamos de verdad.
- ¿Cuáles son tus proyectos y retos de futuro?
Este año es de transición para mí, debido a que estoy recuperándome de un accidente grave que tuve el pasado verano, y estoy reorientando mi enfoque familiar. Por eso sólo tengo proyectos de un nivel más asequible: Travesía integral de las Islas Canarias en Btt pasando por los puntos más altos, descenso integral con Kayak del río Támesis (Inglaterra), carrera de Adventure Running por etapas y autosuficiencia en el desierto de Atacama, y alguna cosita más que estamos barrenando. El próximo año ya estamos preparando cosas más potentes.