Jaume Gil, es el director del Festival Suncine, que en su 29ª edición ha vuelto a llenar nuestros cines con películas impactantes, que nos han hecho disfrutar de este séptimo arte, pero al mismo tiempo nos ha hecho pensar y reflexionar.
Jaume es una persona que enamora: hombre de gran sensibilidad, cercano y gran sabedor sobre el mundo del audiovisual. Tiene una voz de esas de locutor de radio y con su hablar pausado te va desgranando con detalles todo lo que cuenta. Está comprometido al crear un mundo mejor y dice que: “Nuestra misión es hacer que la gente se sienta parte de la solución a la problemática medioambiental que estamos viviendo”.
¿Cómo te defines?
Pues supongo que me defino como idealista, ya que siempre pienso lo mejor de la gente y me gusta pensar que los demás hacen lo mismo y quieren, como yo, lo mejor para todos. Y aquí comienza mi drama, pero resisto y tengo fe.
¿Qué es para ti el hogar/la casa?
Mi casa la considero una extensión de mí mismo. Es el lugar donde reposo, donde recupero energía, donde disfruto de mí mismo y de los que me visitan.
¿Cómo descubriste tu vocación?
Fue viendo la Televisión. En los años 80 me gustaba ver series como Dallas, Dinastía, o sitcoms como Loco por ti, «Las chicas de Oro», … y me dije: ¡yo quiero hacer esto, quiero escribir, quiero crear historias, dramas como éstos!
¿Qué es lo que te atrapó del mundo del cine?
Poder explorar situaciones que quizás nunca viviré, crear vidas, historias y emociones, pero lo que más me apasiona es poder compartirlas.
Hablando de las primeras veces… ¿cómo fue tu primer día que dirigiste un festival?
La verdad es que no puedo decir que fuera algo especial, venía haciendo producción de festivales, dirigirlo sólo era ponerse a la cabeza y dar la cara por el festival y por el trabajo que hacíamos. Con sus aciertos y errores, al final el trabajo es el mismo. Dirigir un festival, es trabajar en equipo, sólo que debe haber una persona de referencia de cara al exterior.
¿Cuándo debutaste escribiendo tu primer guion?
Era un niño. Como he dicho antes, veía esas series, y me inspiraba a crear historias. Cuando terminé el COU, me apunté a cursos y escuelas, en aquella época, todavía no había una universidad, y fui haciendo.
¿Cómo fue la primera vez que escogiste casa?
De casa sólo he tenido dos, la de mis padres, que más que escoger, me escogió ella a mí, y ninguna queja. Y la segunda es donde vivo actualmente, un apartamento de playa, donde veraneaba de pequeño. Después de trabajar dos años por la costa almeriense, y dos años más por Menorca, tenía claro que necesitaba la luz del mar, y la inmensidad de su espacio. Como he dicho al principio, mi casa es una extensión de mí, por tanto, más que escoger la casa, era como transformar el espacio que la casa tiene, para sentirme a gusto.
¿Cuéntanos cómo se crea un guion para una serie, o programa de televisión?
Para mí, es un mix de matemática y creatividad. Es respetar unos tempos generales para contar las historias (presentación, personajes y conflicto, desarrollo de conflicto y resolución de éste).
Cómo lo explicas por ser original, para mantener el interés y sorprender al espectador.
Pero como todo trabajo creativo, creo que es muy personal, a menos que trabajes con guiones «prefabricados» que serían estas series de policíacas, que son calcadas unas a otras. Lo único que cambia es el asesino. Y series de este tipo, que respetan muy bien a los tempos, juegan con una línea dramática continua en episodios de los protagonistas y poco más, y funcionan.
¿Con qué formato te sientes más cómodo?
Televisión, aunque la vida me ha llevado al cine documental y la producción. Y no me quejo, yo quería tele, pero si la vida me ha llevado a realizar esta otra tarea, será que se me da mejor eso que lo otro.
Y entras en el año 2002 a dirigir el Festival Lamba… un festival reivindicativo. ¿Cómo comienzas esta aventura?
Los organizadores necesitaban un director, conocían mi trayectoria, ¡y para mí fue un reto y salí adelante!
Y de ahí saltas a México… ayudando a hacer Fictgay. En un país que los derechos y libertades de las personas gay todavía no están reconocidos.
México es un país de mucho contraste. Por una parte, está cuanto más reprimido o quizás socialmente, algo más homofóbico, pero, por otra parte, tiene más espacios y visibilidad que aquí. De esto hablo de 2007 o 2008 que es la última vez que estuve allí por este tema. Ahora estoy seguro de que ha mejorado mucho.
Había un intercambio cultural entre España y México…
¿cómo se enriquece esta unión?
Sí, la idea, era intercambiar cinematografías, realidades e inspirarnos unos a otros. ¡En la diversidad está la riqueza en todos los sentidos!
En 2005 asumes la dirección del Festival Ficma, el actual SUNCINE. Qué responsabilidad…
Una gran responsabilidad, pero también un gran honor. En este festival, me formé, tuve un muy buen maestro y todavía lo es, y con él trabajo codo con codo. El SUNCINE me permite crecer profesionalmente, pero lo más importante también como persona.
¿Crees que existe un compromiso y una concienciación por el medio ambiente?
No sé, es triste responder esto. Creo que vamos haciendo pequeños gestos, y bienvenidos sean, pero como las ranas en una olla, que se cuecen despacio y no escapan de ésta, porque se van adaptando a la temperatura hasta morir. A veces, creo que no somos tan diferentes. Creo que lo que hace falta es hacer un cambio de actitud, de comportamiento social, y de crecer, porque nuestro planeta no puede dar más de lo que da, y está defendiéndose de nuestra agresión. No tenemos posibilidad de ganar si no nos aliamos a él, y no vamos contra él.
¿Cómo valoras la calidad de las películas y del cine que actualmente se hace?
¡Impresionante! ¡El género documental ha evolucionado mucho! Y cada vez hay más medios y buenos profesionales que saben contar historias, hacernos vivir emociones que nos pueden inspirar y provocar ese cambio social tan necesario.
Hablando de tu casa, ¿cómo es la casa de Jaume?
Mucha luz y color. De hecho, nunca bajo persianas, ya partir de mayo, hasta casi a principios de octubre abro la puerta de la terraza y nunca se cierra.
¿Qué es lo que nunca falta en tu casa?
Música, libros y café. Cada habitación tiene un altavoz en el que puede sonar música. Y libros, tampoco es que tenga muchos, pero lo que tengo son porque han sido leídos.
¿Qué es lo que más valoras cuando buscas una?
Que esté en un entorno tranquilo y que haya espacio. El interior de la casa, mira por dónde, no me importa tanto. Ya lo transformaré y lo adaptaré como quiera.
¿Te ves dejando la ciudad para vivir cerca del mar o de la montaña?
Vivo cerca del mar. La ciudad para un rato. La montaña también me gusta mucho, pero soy más de mar, de hecho, todos los días en verano a las siete de la mañana o antes, salgo a nadar un buen rato y cambio piscina por mar abierto.
¿Tienes una casa minimalista o llena de muebles?
No es minimalista, ni llena de muebles. Tengo lo necesario, no hay armarios, bueno, tiene dos que están empotrados y pasan desapercibidos.
¿Hay algún objeto que siempre te has llevado contigo a todas las casas?
Lo que siempre he de tener en casa es mi música y mis libros. Esto nunca puede faltar.
A la hora de pintar una casa, ¿te gustan los tonos cálidos o el blanco?
Tengo paredes de colores, aunque el blanco me gusta mucho, da sensación de más espacio, pero se me hace monótono.
¿Tienes un rincón de la casa donde te inspiras para crear?
Me da vergüenza, decirlo, pero las mejores ideas me salen en la ducha y tengo un rinconcito donde hago una meditación activa, que también allí, nacen cosas.
¿Eres muy ordenado o tienes tu orden en casa?
Soy obsesivo con el orden. Tengo tres gatos, ellos me obligaron a ser ordenado. Todo debe estar bien colocado y nunca me he ido de casa sin la cama por hacer y la casa desordenada. De hecho, todas las mañanas paso el aspirador por mis gatos. Y es una obsesión. Me levanto más temprano por ese motivo.
Si volviera a empezar, ¿te dedicarías a lo mismo y lo harías de la misma manera?
Creo que cambiaría muy pocas cosas. Me considero muy afortunado. Si cambiar cosas significa, que no hubiera conocido a la gente que ahora conozco y no habría vivido lo que he vivido, no. No cambiaría nada. «Más vale malo conocido que bueno puede conocer».
¿Qué dirías a los jóvenes que quieren dedicarse al mundo del cine? No a los que quieren dedicarse al mundo del cine, sino a todos; a dar caña con sus deseos, y dejar fluir. A veces el destino puede tener preparadas cosas mejores. Tomad riesgos, equivocaros, toda experiencia es buena.
¿Cuáles son tus proyectos y retos de futuro?
Continuar con la labor de, mediante la cultura, provocar cambios positivos. No tengo ambiciones más allá de estar tranquilo, vivir en paz y en un entorno feliz.