Hoy nos desplazamos hacia población de Collbató, cerca de las montañas de Montserrat, para hablar con Jordi Garcia. Él es el motor de IMMOntserrat desde 1999, una agencia con mucha experiencia, experiencia y conocedora del territorio. A través de los valores humanos de la proximidad, honestidad, transparencia y atención personal, crean vínculos sólidos de confianza y de continuidad con sus clientes. Ellos hacen realidad el «encontrar una casa para cada familia».
– ¿Cómo fueron tus inicios en el sector inmobiliario?
Como abogado asesoré a compradores y vendedores en algunas operaciones, y comprobé la importancia de un buen servicio global en las transacciones inmobiliarias, esto me impulsó al especializarme en derecho inmobiliario ya colegiarme como API.
– ¿Era tu vocación?
Fue una vocación latente, que desconocía, y que me cautivó al tener contacto con las ilusiones y necesidades de las personas en lo fundamental como su vivienda.
– ¿Cómo te preparaste?
En ese momento el COAPI de Barcelona exigía aprobar un examen de materias, básicamente jurídicas, para colegiarse. Estudié y superarlas.
– ¿Cómo imaginabas que sería tu agencia, IMMOntserrat?
Tal y como es ahora. Una agencia local, conocedora a fondo del territorio en el que se ubica y desde donde se transmite confianza. Los clientes depositan sus expectativas, sus miedos y sus ilusiones en nuestras manos, seguros de que buscaremos lo mejor para ellos. Mi socia desde sus inicios, Montserrat Serna, es arquitecta y su vertiente técnica se complementa con mi vertiente jurídica. Esto comporta una visión global y una experiencia que asegura que las operaciones llegarán a buen puerto.
– ¿Cuáles son sus valores?
Son los valores humanos. Así de sencillo, y así de escasos lamentablemente en el mundo de los negocios. La proximidad, honestidad, transparencia y atención personal y específica a cada persona y cada situación.
– Iniciasteis en 1999 y lleva muchos años de experiencia. ¿En qué se basa el modelo de negocio de su agencia?
Desde el principio hemos contado en nuestra actuación diaria con la confianza de la población de Collbató, Bruc, Esparreguera, en definitiva, de nuestra zona de influencia directa. No buscamos la ganancia inmediata sino solucionar los problemas y llegar a los resultados satisfactorios para los clientes. Entonces y sólo al final de cada situación, de cada compraventa, en definitiva, de cada solución, recibimos la recompensa acordada.
– ¿Y por qué optaste por este modelo?
No fue una opción de modelo de negocio calculada ni meditada. Es una opción de vida personal, que se traslada de forma natural a la forma de trabajar. Seguro que se escapan algunos negocios suculentos y tentadores finalistas, por el contrario, tenemos una continuidad en la clientela que confía en nosotros, un fondo de comercio inmaterial que vivimos día a día en la calle, y actualmente también en las redes. Las reseñas en Google se publican íntegramente y sin filtro alguno en nuestra web immontserrat.com. Tenemos un 4,9 sobre 5, y todas van firmadas con nombre y apellidos por personas que han pasado por nuestras manos como compradores o vendedores.
Una de las mayores preocupaciones de las agencias es la captación de producto. Nosotros después de 24 años trabajando, prácticamente sólo tenemos que esperar a la oficina a la que nos confíen las propiedades para vender.
– ¿Qué demandas tiene y cómo les da respuesta?
La gran demanda existente son las viviendas unifamiliares de entre 100 y 250 m2. La juventud, que es quien preferentemente elige venir a vivir al abrigo de Montserrat, se ha vuelto muy práctica. Quiere casas a poder estar en planta baja y con un pequeño terreno o patio. Esto no quita la demanda también existente de casas de mayores dimensiones.
– ¿Qué papel juega el marketing en su agencia?
Debo reconocer que nunca ha sido nuestro fuerte. Y que nos hemos basado mucho en la marca personal, seguramente ha ayudado mucho el hecho de que estamos en un mercado relativamente pequeño en el que el conocimiento personal o por referencias es fácil. Sin embargo, estamos preparando unas acciones en las redes sociales para ponernos al día.
– A raíz de la pandemia mucha gente se marcha fuera… a lugares como Collbató. ¿Cómo ha visto la evolución del mercado residencial este año?
Acabado el estado de alerta de la pandemia, tuvimos una eclosión de ventas. Todas aquellas casas que costaba vender, se colocaron rápidamente a personas que, seguramente hacía tiempo, valoraban comprar una casa fuera de la ciudad. Pasada aquella situación, todavía existe demanda, pero mucho más atenuada y tenemos dificultades para encontrar producto, ya que existe una situación de espera por parte de los propietarios frente a las incertidumbres macro que planean sobre la sociedad en general y el mercado inmobiliario en particular. Guerra en Europa, ahora en Oriente Medio, tipos de interés altos y fluctuaciones en el precio de suministros, etc.
– ¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieren comprar una vivienda?
Que, si encuentran lo que realmente les gusta, no especulen ni pierdan el tiempo y compren poniéndose en manos de un profesional contrastado. Los tipos de interés son relativamente aceptables, que adquieran a tipos variables.
– ¿Y a las que quieren vender?
Que aprovechen que no existe excedente de producto a la venta y que confíen en un agente de confianza para obtener el máximo que el mercado está dispuesto a pagar.
– ¿Qué formación crees que sería necesaria para poder dar respuesta a las necesidades del sector?
La formación jurídica es esencial. Quizás lo digo por deformación profesional. Si no te ves al corazón de formarte de manera contrastada, debes contar al equipo interno o externo con un referente experto legal. Evidentemente, es necesaria una formación técnica mínima y una formación comercial.
– ¿Qué pueden aportar los agentes inmobiliarios a la sociedad y cuál será su papel en el futuro?
Desde mi época de secretario general en el Comité de Legislación de la Federación Inmobiliaria Internacional FIABCI, siempre me reflejé en el prestigio de los agentes inmobiliarios franceses.
El agente francés es una garantía de que el procedimiento será el correcto, casi como cuando aquí pensamos en un notario. Así creo que el futuro debe ser aquél que asegura la transacción, que soluciona problemas, que acompaña en todo el procedimiento y que tiene unos honorarios públicos y transparentes.
– ¿Qué destacarías del proyecto de la AIC?
Los API recibimos mediante el departamento de comunicación de la AIC las propuestas y acciones que los representantes del colectivo ponen en marcha e implementan. Quizás lo que más destaca es la imagen de colectivo, de marca, y su dignificación.
– ¿Qué le dirías a los jóvenes que quieren incorporarse a este sector?
Que se formen personalmente, también trabajando con una agencia experta y cómo los antiguos aprendices, con humildad y con dignidad, aprendan el oficio.
Es un oficio hermoso y lleno de oportunidades.
– ¿Cuáles son tus proyectos y retos de futuro?¡
Me gustaría seguir siendo la inmobiliaria de referencia de la zona. Una de las cosas que traigo con más orgullo, es cuando compañeros, que en alguna medida son competencia, nos trasladan clientes o asuntos que por su dificultad creen que nosotros les podremos dar solución (herencias, problemas urbanísticos o registrales, etc.). Ahora nos queda por el momento profundizar con el marketing y la digitalización de algunos procesos.