En nuestro país han nacido grandes cantantes de ópera. Y hoy hablaremos con uno que tiene una voz que emociona y que toca de lleno en el corazón. Él es Josep Fadó, un referente dentro de la ópera catalana. Ha trabajado y actuado en todo el mundo y es un habitual del Liceu y de los mejores teatros nacionales e internacionales. Un icono de la cultura mataronense, con un cuarto de siglo sobre los escenarios de mayor renombre.
- ¿Cómo te defines?
Como una persona exigente, que intenta hacer su trabajo lo mejor posible.
- ¿Qué es para ti el hogar?
Teniendo en cuenta que viajo con mucha frecuencia y estoy fuera de casa durante meses, el hogar para mí es el lugar de tranquilidad y trabajo donde puedo descansar y estar cómodo.
- ¿Cómo fueron tus inicios?
Mis inicios fueron en 1973. Estudiaba en los Escolapios de Mataró y un escolapio, fundó una Escolanía, parecida a la de Montserrat. Allí no solo cantábamos, también hacíamos solfeo e instrumento. Fue una época mágica. De hecho, mis grandes amigos son de esa época. Se denominaba “Escolanía de Santa Ana-Pueri Cantores de Mataró” y justamente hace 50 años de este hecho.
- Hablando de las primeras veces… ¿Cómo fue tu primer día en el teatro? ¿Cuándo debutaste en el Liceu? ¿Cómo fue la primera vez que escogiste tu casa?
Profesionalmente, debuté en el Liceu la temporada 1999/2000, con la ópera Turandot, que dirigió Núria Espert. Un evento importante porque fue la primera producción que se presentaba una vez reconstruido el teatro después del incendio. De eso hace 25 años. En el Liceu, que es mi segunda casa, he cantado más de 200 funciones en 35 producciones distintas.
- Un paso importante es cuando hiciste Aida en Italia. ¿Qué significó para ti?
No solo he cantado Aida en Italia, sino muchos títulos en toda Europa y Sudamérica. En países como Perú, Alemania, Rusia, Austria o Francia. Para mí significó abrir mi carrera profesional y pasar de ser una carrera de nivel local a nacional e internacional.
- La gente piensa que la ópera es algo elitista… ¿Es así?
Yo creo que quizá no sea así. Si tienes interés en este arte, hay muchas formas de acceder a él. Por tanto, ya los hechos me remito, la ópera ahora mismo está al alcance de todos.
- Durante la pandemia fue un sector muy afectado. ¿Cómo te reinventaste?
Sí, nos afectó mucho. A mí me cayeron todos los contratos y entre las ayudas del gobierno y otros ingresos, me salí.
- ¿Los cantantes de ópera tienen una carrera finita?
Si estás en forma vocal y físicamente, tu carrera puede ser duradera y fructífera. No tiene un final si no quieres que lo tenga.
- ¿Cómo crees que van subiendo las nuevas generaciones?
Las nuevas hornadas tienen una sólida formación académica a diferencia de cuando yo estudiaba el superior, en el Conservatorio. Ahora tienen asignaturas de interpretación, dicción, movimiento escénico y otras disciplinas que hacen que salgan mucho más preparadas. Hay muy buenos cantantes jóvenes que están iniciando carreras nacionales e internacionales importantes y que oiremos hablar de ello.
- ¿Qué es lo que todavía no has hecho y que te gustaría hacer?
Muchas cosas. De todas formas, poco a poco se van cumpliendo todos los logros que me propuse cuando decidí dejar de trabajar en una entidad financiera e iniciar esta aventura. De eso hace 25 años.
- ¿Cuál es el papel que más has disfrutado?
No elegiría solo uno. Desde el Manrico de Il trovatore, que fue el primer papel importante que protagonicé, hasta el último que acabo de cantar hace pocas semanas en el Teatro Campoamor de Oviedo. Todos los papeles que hago en un escenario, pequeños, medios o grandes, los intento disfrutar al máximo.
- Hablando de ti… ¿Has vivido en muchas casas? ¿Qué recuerdos guardas de cada una?
De hecho, solo he vivido en tres sitios diferentes. De la primera guardo los recuerdos de niñez y de la segunda los buenos momentos vividos con el nacimiento de mis hijos. De la tercera, qué es donde vivo actualmente, todavía no tengo.
- ¿Cómo es la casa de Josep?
Una casa funcional con una decoración en la que nos gusta combinar lo más moderno con las antigüedades.
- ¿Qué es lo que nunca falta en tu casa?
La música, el teatro, la cultura y una buena comida.
- ¿Qué es lo que más valoras cuando buscas una casa?
La tranquilidad
- ¿Te ves dejando la ciudad para vivir cerca del mar o de la montaña?
Ahora mismo no. Soy urbanita.
- ¿Tienes una casa minimalista o llena de muebles?
Ni lo uno ni lo otro. Lo justo y necesario.
- ¿Hay algún objeto que siempre te has llevado contigo a todas las casas?
Sí, un reloj de pared antiguo y una cómoda antigua. Forman parte de los recuerdos familiares y siempre me han acompañado.
- A la hora de pintar una casa, ¿te gustan los tonos cálidos o el blanco?
Una combinación de ambas cosas
- ¿Tienes un rincón de la casa donde te inspiras para preparar las óperas?
Mi estudio, que está insonorizado y que es donde desarrollo mi actividad cuando estoy en casa.
- ¿Eres muy ordenado o tienes tu orden en casa?
Exageradamente ordenado
- Si volviera a empezar, ¿se dedicaría al mismo y lo harías de la misma manera? ¿Qué cambiarías?
Sin duda, si volviera a empezar me dedicaría a lo mismo y no cambiaría nada.
- ¿Qué les dirías a los jóvenes que quieren ser cantantes de ópera?
Que no desfallezcan. Es un mundo complicado y difícil, en el que debes esforzarte y trabajar mucho para conseguir los objetivos que te propones. Nada es sencillo en esta vida. Tampoco creo en la suerte. Al final, si eres competente y haces bien tu trabajo, puedes llegar a conseguirlo.
- ¿Cuáles son tus proyectos y retos de futuro?
Mis proyectos pasan por marcharme en breve a trabajar en el teatro Real de Madrid en una nueva producción de Rigoletto de Verdi, hasta enero del 2024, una vez terminado esto voy a Francia para hacer una Madama Butterfly de Puccini. Esto es lo más inmediato.
Como retos de futuro, la inauguración de la temporada 24/25 también en el Teatro Real con un papel que me encanta jugar, el Abate di Chezueil de Adriana Lecouvreur de Cilea. Y ya para terminar, un proyecto que me ilusiona muchísimo, es que hemos conseguido reflotar, junto a otros, una asociación de mi ciudad, Mataró, que llevaba años sin actividad. Se trata de Juventudes Musicales de Mataró, de la que soy el presidente. Este es un proyecto donde queremos dar la oportunidad a los más jóvenes para iniciarse en una trayectoria profesional y artística.