¡Hoy tengo el placer de presentaros a Josep Farnés, un gran experto del mundo inmobiliario con raíces sólidas en el Vallès desde 1988! Él, no solo venía de una tradición familiar en el mundo inmobiliario, sino que creó una empresa por su pasión, que ha crecido con el apoyo incondicional de su equipo de profesionales experimentados. Farnés ha forjado un despacho en dos áreas clave: Inmobiliaria Farnés, donde gestionan fincas, seguros y propiedades con maestría; y Farnés Advocats, el buffet más antiguo de Palau-solità y Plegamans. Con su conocimiento profundo del mercado y el enfoque integral, Josep se distingue por su compromiso con la excelencia y la satisfacción del cliente. Si buscáis soluciones efectivas y servicios de calidad tanto en el mundo inmobiliario como legal, Josep Farnés es vuestro hombre!
En 1988 nació la inmobiliaria. Vienes de una larga tradición familiar… ¿Cómo fueron tus inicios en el sector inmobiliario?
Mi padre había participado en la promoción de algunas urbanizaciones, por lo que era muy conocido. Si bien llevaba años retirado de la actividad, la verdad es que todo el mundo guardaba muy buen recuerdo de él, y eso me ayudó. Sin embargo, los comienzos siempre son difíciles, pero recuerdo el inicio, solo, pero con mucha ilusión. Siempre hemos ido creciendo en los 35 años que han pasado.
¿Era tu vocación?
Lo había vivido en la familia, y había ayudado a mi padre de jovencito. Siempre había pensado compaginarlo con el ejercicio de la profesión de abogado.
¿Cómo te preparaste?
La preparación ya venía de la práctica en el mundo inmobiliario con mi padre, y también mi madre, que administraba algunas fincas. Crecí viviendo el mundo inmobiliario desde dentro. Esto hizo que estudiara con especial interés las asignaturas de la carrera de derecho que tenían mayor relación con el sector inmobiliario. Lo que reforcé durante la preparación por los exámenes por el título de Agente de la Propiedad Inmobiliaria.
¿Has creado la agencia que te imaginabas?
Lo cierto es que ha sido mucho más de lo que imaginaba. Hemos ido creciendo, con un gran equipo, de lo que estoy muy orgulloso. Y con clientes que nos tienen confianza desde hace muchos años, algunos desde que abrí el despacho.
¿En qué se basa el modelo de negocio de tu agencia y por qué has optado por él?
Se basa en dar un servicio integral, dado que ofrecemos servicios como agencia inmobiliaria, administración de fincas y abogados. Fue así desde el principio y hemos ido creciendo en todas las áreas. Siempre creí que era un modelo que podía funcionar y que permite también diversificar las actividades, que hacen mitigar a los altibajos del sector inmobiliario.
¿Qué demandas tenéis y cómo dais respuesta a todas ellas?
En nuestro despacho tocamos prácticamente todos los sectores, aunque principalmente el residencial e industrial. Nos piden viviendas y naves industriales, en este último caso, debido a que llevamos la administración de un buen número de entidades urbanísticas de polígonos industriales, lo que provoca que los clientes acudan a nosotros.
¿Cuáles son los valores de vuestra agencia?
Eficacia, honestidad, seriedad, profesionalidad. Los clientes saben que pueden confiar en nosotros. Que preferimos que no se realice una operación si no se hace bien. Asimismo, los clientes valoran nuestro asesoramiento en todo el proceso de compra o alquiler.
¿Crees que estabais preparados tecnológicamente hablando, cuando empezó la pandemia?
Nosotros tuvimos la suerte de que justo antes de empezar, nos habíamos trasladado a nuestras nuevas oficinas de la Avenida Catalunya, 241 de Palau-solità i Plegamans, donde ya habíamos apostado por los últimos avances tecnológicos, aparte de permitir trabajar con las distancias y medidas de seguridad precisas; por lo que, sí, nos cogió preparados.
¿Cómo has visto la evolución del mercado residencial e industrial?
En los 35 años del despacho, hemos vivido los cambios del mercado, en diferentes etapas, a veces, con altibajos bruscos, y hemos tenido que adaptarnos a cada situación. Ahora, pensamos que vivimos un buen momento, en ambos sectores.
¿Qué consejo le darías a aquellas personas que quieren comprar una vivienda?
La compra de una vivienda es un momento de ilusión en la vida de toda persona, y se debe comprar lo que te guste, pero sobre todo, es necesario que no se olviden de tener un buen asesoramiento, para evitar disgustos que estropeen esta etapa de su vida.
¿Y a los que quieren vender?
Es necesario que estén bien asesorados, sabiendo lo que realmente vale su propiedad, dado que el valor sentimental, el mercado no lo valora, y esto le puede llevar a perder tiempo y oportunidades. Pero también hay que estar bien asesorados sobre el aspecto fiscal de su venta, saber el coste y posibilidades para después de la venta.
¿Qué papel juega el marketing en su agencia?
Es básico. Hoy en día, si no eres visible, no existes. Bien, siempre hay una parte de los clientes que acuden por la confianza que nos tienen, pero debemos ser visibles, nosotros y los inmuebles que gestionamos.
¿Qué formación crees necesaria para poder dar respuesta a las necesidades del sector?
Es necesario conocer el mercado, los precios y posibilidades, pero también un amplio conocimiento jurídico, de un mercado cada vez más regulado.
¿Qué crees que pueden aportar los agentes inmobiliarios a la sociedad y cuál será su papel en el futuro, digamos en 10 años?
Asesorar y dar tranquilidad a los intervinientes en cualquier transacción inmobiliaria, y eso no creo que varíe en el futuro.
¿Qué opinión te merecen los servicios que ofrece el Colegio?
Los servicios no han parado de mejorar en los últimos años, tanto a nivel de formación (sesiones formativas, cursos) como de información, que también se facilita con mucha rapidez. Valoro mucho la inmediatez en la que se informa a los colegiados de cualquier novedad legislativa
¿Qué le dirías a los jóvenes que quieren incorporarse a este sector?
Que se preparen y entren con ilusión en este estimulante sector.
¿Cuáles son tus proyectos y retos de futuro?
Continuar haciendo las cosas bien hechas, están en el caso de las novedades que nos permite seguir creciendo, como hemos hecho en estos 35 años. En cualquier caso, la continuidad del negocio está asegurado, dado que de mis tres hijos (todos abogados), dos están integrados en el despacho.