A veces la vida te hace regalos maravillosos y te lleva a descubrir personas que hacen que el mundo sea mejor. Esto he experimentado charlando con Judith Forner: sensibilidad en estado puro, luchadora, tenaz, y generosa en todos los sentidos. Podría ser referente para muchos jóvenes, donde reflejarse para vivir con valores en este mundo. Ama su arte, y ha encontrado un lugar donde brillar, pero también es consciente de que a veces hay que reinventarse y tener los pies en el suelo para salir adelante. Seguro que algún día, no muy lejano, oiréis hablar mucho de ella, y os enamorará con su voz, su dulzura y su profunda mirada.
- ¿Cómo te defines?
Me defino como una persona vital, inevitablemente ligada al arte y a todo lo que toca la vulnerabilidad humana como forma de sobrevivir y encontrar sentido al no sentido de vivir. Apasionada, amorosa, explosiva y honesta.
- ¿Qué es para ti el hogar/la casa?
Siento que tengo dos casas, dos hogares:
Mi casa, mi hogar, el lugar donde vivo con mi gato Miso (sí, como la sopa de miso) es ese pedazo de mundo donde por fin descanso de todo el ruido externo; ese lugar donde por fin me rindo, me sano, regenero energías y sufro todo lo que he absorbido del mundo.
Casa de mis padres, mi guardería, el lugar al que voy cuando necesito volver al vientre de una madre, es esta casa de 3 plantas donde se guardan todas las memorias de los años. Estas 4 paredes en las que hemos crecido, donde hemos aprendido a equivocarnos, a amar, a compartir, a sufrir, a perdonarnos. Este lugar donde comemos juntos y digerimos juntos mirando una película después de comer. Este lugar donde todo reposa y al mismo tiempo todo está en movimiento, ese lugar donde el tiempo se detiene y volvemos al primer día que empezamos a ser una familia de 4.
- ¿Cómo descubriste tu vocación?
La descubrí viendo el Musical de Grease, disfrutando de los teatrillos de títeres de domingo que mi hermano me regalaba, vistiendo todos los tacones de mi madre mientras me iniciaba con el ballet en el comedor de casa. Cuando tenía 7 años durante las improvisaciones de teatro en la Escola Helena Munné, cuando ponía todos los peluches en fila y les contaba todas las lecciones de la escuela mientras reproducía los enfadamientos de mis profesoras y profesores. En definitiva, mi vocación tiene tanto que ver con mi esencia, era tan inevitable, que en mis años adolescentes más dispersos mi madre me apuntó a las pruebas del Institut del Teatre porque no había nada en casa que todos tuvieran más claro.
- ¿En tu casa siempre te apoyaron en tu vocación?
Siempre. Como lo más coherente de mis elecciones vitales. Sentía que elegir esta vocación, el teatro, tenía muy poco sentido a nivel laboral para mis padres, pero aun así, era imposible ir en contra de mi naturaleza y ellos como padres siempre lo han dado todo para que la única dificultad fuera lo que me encontraría puertas hacia fuera. He podido desarrollarme y formarme como actriz sintiendo todo su apoyo detrás. Creo que no siempre han tenido fe en que me pueda dedicar al completo, cosa que me ha hecho mucho daño a pesar de yo tampoco creer, pero por loco que fuera siempre han estado dispuestos a alentarme con lo que mi corazón intuye y me pide.
- Hablando de las primeras veces… ¿Cuál fue tu primera obra de teatro? ¿Cuándo debutaste como actriz? ¿Cómo fue la primera vez que escogiste tu casa?
La que siento que fue mi primera obra de teatro y la misma con la que debuto como actriz es ‘‘Tàrtar’’. ‘‘Tàrtar’’ nace gracias a la excusa de mi Trabajo Final de Grado del Institut del Teatre con el objetivo de poder alcanzar el Título Superior en Arte Dramático. La idea original de la pieza era algo que hacía muchos años que quería desarrollar y llevar a un escenario y con otros 5 amigos la levantamos haciendo un proceso de creación colectiva. Una bomba de relojería en cuanto a emociones, burocracia, responsabilidades, empoderamiento y un eterno, etcétera de aprendizajes y ganancias por el corazón. La obra la estrenamos en Dau al Sec en septiembre del 2023 y fue una experiencia única, del resultado de la obra me guardo el más respetuoso silencio dentro.
La primera vez que escogí mi casa fue cuando necesitaba encontrar un sitio donde poder volcarme entera sin sentir ningún juicio. Hace 3 años decidí que necesitaba independizarme para poder dar espacio a todas las cosas que tenía dentro, como una manera de parirme a mí misma, soltar todo lo que vivía en mi casa que no me ayudaba y reaprender de qué modo yo necesitaba vivir para estar bien. Aunque era una casa de familia, la elegí con todo mi corazón como la única opción posible para acompañarme en el momento en que estaba atravesando.
- Actualmente, eres una mujer con muchos trabajos y actividades… Explícanos
Combino mis estudios de Psicología Gestalt con la constante búsqueda de trabajos de ficción, la venta de cara al público a una quesería de Sants que se llama Llet crua y mi proyecto de cocina Escura’t que utilizo como válvula de escape, divertimento e inspiración. Esporádicamente, también realizo catas de quesos por grupos de adultos y niños, privados y por festivales de slow food.
A veces siento que es agotador combinar tantísimas cosas, pero entonces me doy cuenta de que no sé estar solo con una. ¡Hasta que no termine los estudios y me pueda centrar en mi proyecto artístico o toco tantas teclas como pasión siento o me hundo!
- Hablando del teatro… ¿Quién fue tu referente?
Me hace mucha gracia confesar que mi primer referente fue Emma Vilarasau en la serie de Ventdelplà, pensaba: ¿cómo puede que en una persona haya tantísima poética y dramatismo? Siempre me han encantado las clásicas películas francesas donde no pasa nada, pero, terminada la película, vuelvo a mi vida sintiendo que la protagonista ha quedado enganchada a cada gesto mío, a cada modo de mirar, de sentir, de estar ahí. Como si la película y las vivencias de sus personajes me regalaran la oportunidad de materializar un homenaje a las distintas formas de sentir y percibir la vida.
- ¿Cuál ha sido tu experiencia?¡
He podido participar en cortometrajes, videoclips, obras de teatro representadas en el Institut del Teatre y otros pequeños proyectos que he aceptado porque iban en completa sintonía con mis valores y lo que a mí me inspira. Me he descubierto como co-creadora con la pieza »Tàrtar» y actualmente he realizado un curso de Teatro Gestalt y, el que más ha marcado un antes y un después en mi forma de concebir el arte, ha sido el curso que he hecho de »Clown Essencial» con Alain Vigneau; allí he podido al fin encontrar el equilibrio perfecto entre expresión artística y acompañamiento terapéutico.
- ¿De qué obra estás más orgullosa?
No sé si se ha notado, pero »Tàrtar» ha sido sin duda el motivo de mayor orgullo de mi carrera artística. Poder tomar el fertilísimo eco del TCA que viví de adolescente y, gracias a toda la compañía y el texto de Alberto Ramos, hacer en el escenario una fiesta a través de una historia distópica que mezclaba acidez, humor y drama fue -sencillamente- una manera inolvidable y absolutamente preciosa de dignificar mi dolor de infancia. Como si hubiera cogido la herida más nuclear y existencial de mi historia y la hubiera convertido en una pijamada popular.
- ¿En qué tipo de género teatral te siente más cómoda?
Me siento a gusto en todos los registros. La comedia se me cuela por todos los agujeros que encuentra, pero disfruto profundamente poniéndome en un drama.
- ¿Crees que los jóvenes actores y actrices tienen oportunidades para demostrar sus talentos?
Creo que el mundo está ahí fuera, está servido para todas ellas con millones de oportunidades y siempre se tiene que encontrar el espacio donde tú puedes demostrar tu talento. También me doy cuenta de que ha sido necesario muchos años para ver que no todo acaba en el Teatre Lliure y en mi núcleo pequeño barcelonés. Del mismo modo, siento que he quedado atrapada deseando formar parte de una »rueda» que en el fondo no existe ni tiene trabajo por todas, invirtiendo en esa idealización tantas energías que después no tengo para luchar con mis proyectos. También siento que, cabida como soy, no quiero soltar todavía esta opción, aunque esto me duela y me mantenga viviendo con una sensación de contradicción y, no nos engañemos, falta de salud y exceso de ego. También pienso que si no estás preparada para poner en marcha con un proyecto propio y/o con amigos o compañeros de oficio o si no lo estás para pasarte las semanas luchando castings, buscando oportunidades y osando venderte donde quiera que esté sin tener nada a ciencia cierta, no tienes mucho que hacer con este oficio.
- Se han puesto de moda los musicales, y en esto nos gana Madrid. ¿Qué le falta a Barcelona para volver a ser protagonista del teatro y de otras artes?
Diría que nos faltan más colores, osar más, juzgar menos, ir a Madrid y empaparnos de lo que hacen allí que nos gusta, escuchar qué nos diferencia e ir de cabeza, probar cosas nuevas, tomar nuevas caras, textos nuevos.
- También has hecho cortos y has participado en series. ¿Cómo has vivido esta experiencia?
Siempre lo vivo como la mejor de las experiencias, el clima que se crea durante los rodajes es una pequeña familia que me acompaña siempre terminado el proyecto. Esto hace que mis dudas o inseguridades como actriz se disipen, siempre me he sentido muy acompañada y cuidada y esto me ayuda a poder creer en lo que hago y en cómo lo hago.
- Ahora estás estudiando psicología para poder realizar terapia a través del teatro. ¿Qué beneficios aporta?
Más bien, me pregunto qué beneficios no aporta. Yo creo al sanar, creo que podemos reedificar los dolores de infancia, darles una lectura más actualizada, amorosa, desde todo lo que ahora la adulta ya puede responsabilizarse, más amplia, más compasiva, más divertida. Y, sin lugar a dudas, el arte y el teatro me parece el camino más divertido y placentero de llegar. La clave de lo que aporta, según todos los procesos que he tenido el placer de vivir y acompañar, es la siguiente: una vuelve a ese lugar antiguo donde algo quedó roto por lo que no pudiste decir o hacer, se responsabiliza de ello , lo dignifica, lo expresa sin un filtro y así vuelve a su presente con aquel capítulo por fin concluido y un suplemento de fuerza, dignidad y libertad para continuar con su vida.
- ¿Te ves escribiendo alguna vez tu propia obra de teatro? ¿Cómo sería?
Ahora mismo me veo más al otro lado que escribiendo, pero podría verme en un futuro. Para mí escribir es inevitable cuando has vivido y oído tanto que necesitas hacer un homenaje. Tengo la sensación de que cuando haya podido experimentar la formación de El camino del Clown con Alain Vigneau sí puede que me llegue la necesidad de hablar de lo que he visto y oído y hacerlo desde este nuevo registro.
- ¿No se puede vivir del teatro, verdad? ¿Y tú te has reinventado convirtiéndote en una especialista y experta en quesos? ¿Qué te aporta y qué te une con tus otras profesiones?
Me aporta paz, tranquilidad, estabilidad por poder desde esta seguir persiguiendo mis sueños. Me une y me nutre en el sentido de que en Leche cruda estamos siempre trabajando con materia viva, quesos artesanos que son lo que son por sus ésteres en el aire, por su microbiología propia, la ecología única de sus fermentos y levaduras espontáneos que hacen que cada pieza de queso sea distinta a la anterior. De alguna manera, mientras cocino lentamente lo que será mi proyecto y sofrito, me nutro de un producto como el queso que está vivo como la tierra y que es fruto de lo efímero como el teatro.
- ¿Qué aconsejarías a otros jóvenes que quieren estudiar teatro?
¡Que lo hagan! ¡Que no duden en hacerlo si lo sienten así! Que busquen la escuela que más les inspire, que no se crean que todo acaba en los grandes teatros, que viajen, que pidan ayuda a aquellas que les ha salido bien. Que no tengan miedo a reinventarse, cambiar de opinión, de registro, de ciudad, de escuela. Que se atrevan a ser honestos con lo que de verdad sienten que han venido a hacer a este mundo.
Hablando de ti…
- ¿Has vivido en muchas casas? ¿Qué recuerdos guardas de cada una?
He vivido en dos casas en total. De la primera solo recuerdo los días de Navidad e ir corriendo a guardar los zapatos cuando llegábamos a casa muy cansados. De la segunda, donde todavía viven mis padres, lo recuerdo todo. Cada domingo compartido, cada película, cada puerta cerrada de repente con fuerza y dolor. De alguna manera, esa casa es mi familia entera, mi mundo entero, esa casa soy yo.
- ¿Cómo es la casa de Judith?
Mi casa es sinónimo de cuidado. No tengo nada que no me inspire, nada que no me sugiero que merezco cuidados, cariño, ternura, cobijo. Necesito ver donde miro belleza, luz, espacio, inspiración.
- ¿Qué es lo que nunca falta en tu casa?
Plantas, queso, tazas y platos de cerámica antiguos y preciosos, detalles que guardo de la gente que quiero, cuadros, madera, mantas, utensilios de cocina inspiradores.
- ¿Qué es lo que más valoras cuando buscas una?
Que tenga espacios donde descansar, lugares donde estar durante horas.
- ¿Te ves dejando la ciudad para vivir cerca del mar o de la montaña?
No ahora mismo, pero sin duda sí. Antes dejaría la ciudad para vivir junto al mar, pero también adoro la montaña. Lo haría para aprender a respirar más lento y mejor.
- ¿Tienes una casa minimalista o llena de muebles?
Minimalista, sin duda. Necesito que los espacios respiren para poder respirar yo y necesito sentir que no tengo más de lo que necesito.
- Hi ha algun objecte que sempre t’has endut amb tu a totes les cases?
El meu peluix Víctor que m’ajuda a fer un treball diari amb la meva nena interior i una manta blanca que em recorda que a casa soc jo.
- A la hora de pintar una casa, ¿te gustan los tonos cálidos o el blanco?
Ahora mismo, la única respuesta posible es blanco. Me canso rápido de las cosas, pero, en cambio, el color blanco (sobre todo combinado con piedra o madera) nunca me cansa.
- ¿Tienes un rincón de la casa donde te inspiras o preparas las obras?
¡Sí! Siempre voy cambiando la disposición de los muebles de mi casa para dejar una zona nueva y preparada por las lecturas, estudiar texto o inspirarme. Suele ser un sofá individual sobre una alfombra muy agradable con mantas y almohadas por si en un determinado momento necesito ir al suelo y una pequeña mesita al lado por si es la hora del té o el café.
- ¿Eres muy ordenada o tienes tu orden en casa?
Necesito y me apasiona el orden, que todo esté en su sitio. Aún así confieso que puedo ser más tolerante con la suciedad, no me molesta tanto, en cambio, siempre pongo todas las cosas en su sitio y dejo la casa ordenada en todo momento.
- Si volvieras a empezar, ¿te dedicarías a lo mismo y lo harías de la misma manera? ¿Qué cambiarías?
Me dedicaría a lo mismo. Lo haría exactamente de la misma forma. No cambiaría nada. La autoestima con la que ahora me descubro y visito en el mundo es gracias a haber pasado por cada punto por donde he pasado. Los respiro y quiero dignificarlos todos. Lo mejor está por venir, ahora que confío en mí y en mi paso por la tierra, pero lo mejor también ha sido poderme equivocar y haber elegido cada pequeña cosa que he elegido.
- ¿Cuáles son tus proyectos y retos de futuro?
Empezar la formación de El Camino del Clown y solidificar allí mi forma de acompañar terapéutica y artísticamente al mismo tiempo que cojo proyectos de interpretación y, preferiblemente, de cine (¡francés, si pudiera ser! :P).