Hoy he quedado en el centro de la ciudad de Barcelona con una mujer, que estar con ella siempre inspira. Es Mar Gausachs. El hotel en el que hemos quedado es precioso y acogedor para poder tener una conversación cercana. Mar es directora creativa, estilista, escaparatista y es una cazadora avanzada de todas las tendencias en decoración y diseño. Empezó trabajando para marcas de moda y retail, y ahora centra sus esfuerzos en el proyecto personal: el estudio. Pone pasión en todo lo que hace y ser curiosa en todo es su gran calidad. Pero lo que realmente cautiva es la armonía con la que vive, ese equilibrio trabajado entre el alma y el cuerpo. Desprende mucha luz.
¿Cómo te defines, Mar?
Te diría que como una persona muy camaleónica a nivel profesional y también personal. Y añadiría que soy muy auténtica y muy fiel a mí misma.
¿Qué es para ti el hogar?
Un templo, mi templo. Para mí, los hogares son como el corazón y la esencia de las personas que viven allí. Es algo muy importante y quizás, a veces, no le damos la importancia que realmente tiene.
Después de la pandemia, hemos empezado a valorar más nuestros hogares. Por desgracia, hemos tenido que vivir una situación extrema como esta para dar valor a nuestros cimientos. Que es algo importantísimo.
Muy a menudo, hemos visto la casa como cuatro paredes en las que vivimos y no como algo que hay que cuidar. Hemos vivido de modo un poco egoísta y, por ejemplo, dábamos prioridad a comprar algo para nosotros, antes que unas toallas nuevas para nuestro hogar. Pienso que ahora hemos cambiado un poco y hemos empezado a ver cosas que antes, por el día a día tan intenso que llevábamos, no veíamos.
Mi pasión es crear y decorar espacios que tengan conciencia, hechos con intención, buscando un punto de autenticidad en medio de este mundo a menudo demasiado superfluo en el que vivimos.
¿Cómo empezaste en el mundo del interiorismo?
Yo iba hacia el mundo de la moda. Estudié aparadorismo y visual merchandising, y me encantaba la moda. Había compañeros en la escuela que me decían que tenía dotes para ser diseñadora, pero no era lo que yo quería. Yo quería combinar cosas, no diseñarlas. Y acabé en interiorismo de hogares de casualidad.
Estoy muy feliz de haberlo descubierto porque pienso que el mundo de la moda tiene un punto superfluo donde no creo que me hubiera sentido a gusto. Hice un máster en diseño comercial a raíz de un cambio en la vida. Yo estaba trabajando en Mandarina Duck, una marca italiana de bolsas y complementos, donde estuve 5 años y me encantaba. Un día mi padre me dio un recorte de un anuncio de La Vanguardia, que todavía conservo, en el que buscaban un escaparatista y una visual en Textura. Me presenté, aunque de esa marca no sabía nada, y me cogieron.
Empecé creando los escaparates y fui creciendo hasta encargarme de la colocación y decoración de los productos en las tiendas de aquí y las que íbamos abriendo en el extranjero y acabé siendo directora de imagen de aquella casa. ¡Estuve 10 años! La parte de expansión internacional del proyecto me encantaba y más en ese momento que no tenía hijos y podía permitírmelo. Abrimos tiendas en Dubai, en Guatemala y en Rusia. Fue una experiencia fantástica y este fue mi primer contacto con la decoración. Seguimos creciendo y entrando en el mundo del online, donde era muy importante la presentación del producto.
Y se me ocurrió crear estas “minicasas” como escenarios donde colocar el producto y alquilaba camas para presentarlos. Cada cama lo decoraba dependiendo de lo que quería que pareciera: una cama de un soltero, de una familia con niños, de una pareja. Y esta fue la primera vez que realmente creé en contacto con el mundo de la decoración.
Hablando de primeras veces. ¿Cómo fue la experiencia de tu primer proyecto como interiorista?
Pues, la verdad es que he tenido la suerte de hacer muchas cosas y muy interesantes. Pero de las primeras cosas que hice por mi cuenta, quizás te destacaría los escaparates de Calma House. Fue un proyecto muy bonito y los he tenido como clientes durante muchos años. El primer encargo fue un escaparate de Navidad. Pero lo que realmente recuerdo de ese momento, lo que me llenó el corazón, fue el hecho de darme cuenta de que había plasmado exactamente la idea que yo tenía en la cabeza, la había reproducido con total fidelidad.
Esto es algo que me dio mucha seguridad por el futuro. Saber que era capaz de reproducir casi al 100 % lo que tenía en la cabeza fue muy importante para mí. Y aquel primer escaparate, en una esquina de la calle Balmes que todo el mundo veía, fue muy potente para empezar una aventura en solitario.
¿Y la primera vez que escogiste tu propia casa?
Para mí, quedarme con una casa es algo imposible. Pienso que las casas, como las personas, deben evolucionar, deben estar en continuo movimiento. No solo hablo de cambiar la decoración, sino que en cada edad hay una casa que te hace sentir bien. Yo ya he estado en tres casas y la de los veinte años no tenía nada que ver con la de los treinta y esta no tiene nada que ver con la de los cuarenta. Y la que tendré en unos años será diferente.
Mi casa es muy camaleónica y es una recopilación de muchos momentos y de muchas piezas diferentes. Tengo muchos recuerdos de viajes, porque me apasiona viajar, tengo muchas fotos nuestras de momentos importantes. Tengo una mesa que primero tuvo mi abuela y después mi madre, que la restauró y que era de mi bisabuelo que era ebanista. Mi marido me decía que no debía estar pensando en llevarme la mesa a la nueva casa y yo le decía que sí y que, además, sería una de las piezas principales. Y he logrado combinar una mesa muy antigua de madera y mármol con un comedor muy moderno. Y, además , ¡ahora este tipo de mesa vuelve a estar de moda!
¿Cómo definirías tu estilo? A mí me cuesta encuadrarte en un estilo concreto.
Sí, es verdad. Soy muy ecléctica, tengo un mix de muchos estilos. De hecho, hacerme una casa para mí me costaría mucho porque me gustan muchas cosas de distintos estilos. Y, como siempre digo a mis clientes, es fácil hacer una casa con un estilo en concreto y poner alguna pieza rompedora, pero para combinar tantos estilos diferentes en un mismo hogar, tienes que saber muy bien cómo hacerlo.
¿Crees que las tendencias de la moda marcan un estilo de decoración en concreto?
Si, yo siempre decía que la decoración es la hermana pobre de la moda porque invertimos mucho en moda y en nosotros mismos porque es lo que mostramos a todos. Pero yo, que voy a muchas casas, te garantizo que las casas hablan mucho, te cuentan muchas cosas. Todo lo que hay en una casa habla mucho de quien vive ahí. Y es cierto que la moda tiene una influencia, pero la decoración siempre es más lenta, no es tan efímera ni tan cambiante. Pero sí que es importante mirar qué ocurre en la moda porque de forma más sutil afecta a la decoración. Por ejemplo, ahora hay un claro regreso a los años 70 en la moda y esto se refleja, aunque de forma menos contundente, en la decoración.
¿Y por qué existe actualmente esta tendencia hacia lo vintage?
Tiene una explicación. A raíz de la pandemia, hemos dado un paso atrás y hemos empezado a valorar cosas que teníamos cerca y que habíamos olvidado. El hecho de no poder viajar y de no poder importar algunas cosas ha hecho que volviéramos a poner en valor el trabajo de profesiones como la de los artesanos o ebanistas, que las teníamos un poco olvidadas. Damos valor a lo único, exclusivo. Valoramos lo que es perfecto por sus imperfecciones, lo hecho a mano y que no hay dos iguales.
¿Qué te inspira y quién te inspira?
Me inspiran muchas cosas y muchas personas. Me inspira ahora mismo estar aquí y tener esa conversación. Me encanta relacionarme y soy una esponja de todo lo que se me transmite. Me gusta mucho trabajar en equipo y compartirlo. Necesito compartir por naturaleza. Si me pasa algo, bueno o malo, tengo que llamar a mi marido, mi hermana o una amiga y compartirlo. Me inspiran mucho los momentos con personas.
También me inspira muchísimo viajar, lo necesito, absorber todo lo que veo y todo lo que me ocurre desde el primer minuto que llego a un país nuevo oa una nueva ciudad. Podría decir que todo me inspira porque soy muy curiosa y quiero aprender siempre.
Tú que estás inmersa en el concepto del nuevo hogar, ¿cuáles consideras que son sus claves?
Muy buena pregunta. Hemos estado mucho tiempo pensando nuestras casas para que gustaran a los demás, para que cuando vinieran los amigos quedaran maravillados. Y ahora estamos diseñando hogares para nosotros, buscando el equilibrio entre la estética y la funcionalidad.
Si yo hago una casa muy bonita, pero poco funcional, poco útil, creo que no he hecho bien mi trabajo. Se debe buscar el equilibrio para que la casa te dé servicio, te dé confort y estés a gusto. Y como claves para conseguirlo, te diría, por ejemplo, que en el comedor una pieza clave es un sofá cómodo . También debería ser de un color neutro que no te condicione, que puedas cambiar de comedor cambiando solo cuatro almohadas cuando llega el verano. Al igual que nosotros no nos vestimos igual en invierno que en verano, nuestra casa tampoco debe hacerlo.
Y otra cosa clave son los textiles, las cortinas marcan mucho la personalidad de una casa. También es necesario darle vida, poner plantas. Una planta natural es un elemento decorativo irrepetible. Y lo último que te destacaría es el olor. Siempre que termino un trabajo, pongo el aroma con velas o con aceites esenciales. Creo que es mi forma de dar por finalizado un proyecto. Es mi firma. De hecho, en un futuro me encantaría crear una línea de velas o de perfumes para el hogar para que todo el mundo encuentre ese aroma que al abrir la puerta piense: “ya estoy en mi casa”.
A veces tengo la sensación de que, últimamente, desde el punto de vista de la decoración todo es igual. ¿Qué piensas?
¡Tienes razón! Creo que Pinterest ha hecho mucho daño y a la vez ha sido bueno. Yo antes tenía que coger un avión e ir a Londres o Nueva York para inspirarme para trasladarlo a nuestra realidad. Ahora solo tengo que hacer una búsqueda y lo tengo todo. Pinterest es una fuente infinita de inspiración y esto es genial. Ha hecho que mucha gente tome conciencia de la importancia de decorar su casa y se haya puesto a ello.
Pero mirando lo malo, creo que ha provocado que no trabajemos tanto la creatividad, que tengamos tanto para replicar que nos olvidemos de crear cosas nuevas, cosas diferentes. Pero yo siempre he pensado que es mejor una buena copia que una mala idea. Lo más importante para mí es entender qué quiere el cliente y saber cómo. Si tienes esto en la cabeza, harás cosas muy distintas de un proyecto a otro.
Por ejemplo, ahora estamos trabajando en un restaurante japonés en Andorra y nos estamos basando en las casas antiguas de Japón, en los colores, en las geishas, en el misterio, estamos jugando mucho con la luz, estamos creando cosas distintas, como si fuera una obra de teatro en vez de la decoración de un restaurante. Pero es cierto que, aunque hay compañeros de profesión muy brillantes y que hacen cosas muy originales, es difícil escapar del todo de la influencia de toda la información que tenemos en un clic.
Hasta hace poco, en tu sector había muy pocas mujeres visibles. ¿Cómo te has construido a ti misma en un mundo mayoritariamente masculino?
Bueno, en los últimos años ha habido un incremento importante de mujeres conocidas en el sector. No te diré que es un boom, pero sí se ha notado. En términos más históricos sí que había una carencia de mujeres representativas en este mundo. Yo oigo mucho que hablar del empoderamiento de la mujer y es un término que no me gusta mucho. Pienso que la cosa no va de poder, sino de creer en una misma, de tener seguridad en lo que haces y, por tanto, no creo mucho en esta palabra porque a menudo se ha mal interpretado. Lo asocio a la competencia y creo que tener más o menos éxito en una profesión va relacionado a trabajar duro y creer en tus posibilidades. Creer en uno mismo, escucharse y tomar las decisiones con la cabeza bien fría.
Hace un tiempo, el interiorismo se consideraba un lujo. ¿Y ahora?
Ahora está más al alcance de todos y debe estarlo porque yo pienso que todo el mundo tiene derecho a tener una casa hermosa. ¡Así lo veo yo!
Tú trabajas para muchas marcas. ¿Qué importancia das a los valores que tienen?
Le doy mucha importancia y tengo la suerte de que con todas las marcas con las que trabajo tenemos valores afines. No lo sé, quizás es que ya solo atraigo a un tipo de cliente y otras marcas con otros valores ni me las planteo. No hago ningún filtro porque no me gusta, pero rara vez me he visto en proyectos que después me ha arrepentido.
¿Cuál es ese producto, ese objeto, que es el más versátil en la decoración y que está en cualquier proyecto?
Si tengo que decir uno, te diría que un sofá. Un sofá representa la personalidad del negocio o de la casa en la que se encuentra, es un elemento que siempre encaja. Y, además, acabo de estar en la feria de París y he quedado alucinada del protagonismo de los sofás. ¡Son la pieza clave! Y creo que tiene todo el sentido del mundo por lo que hemos vivido en los últimos meses pasando tanto tiempo encerrados en casa. Además, es un elemento importante de la estancia principal de una casa: el salón. Puedes escoger un sofá con mucha personalidad u otro más neutro y vestirlo con lo que pones alrededor, un cuadro, un espejo, unas almohadas, una alfombra o una mesa. Combinando estos elementos puedes darle un aire totalmente diferente al mismo sofá.
Si piensas en un proyecto que te gustaría hacer, sin límite de presupuesto, con total libertad, ¿qué te viene a la cabeza?
Es un sueño que siempre he tenido y que nunca había expresado en voz alta! Montar la puesta en escena de un desfile de alta costura. Es un tipo de montaje muy especial porque en muy poco rato comunicas muchas cosas a través de la luz, la música y el olor, ¡que en el mío nunca faltaría!
Hablamos de proyectos que consideres que han sido un éxito y que sean especiales para ti.
Te hablaría de uno de los primeros proyectos que hice sola. Fue la terraza de un hotel en Vielha que se llama El Ciervo y que fue espectacular por el resultado y porque la gente del hotel es maravillosa, todo corazón.
Y ahora te contaré un proyecto precioso también en el exterior de Sants. Es especial por cómo nos conocimos. Los propietarios tienen una casa muy bonita en Sants, que se hicieron convirtiendo una antigua nave de una fábrica en una vivienda. Justo después del confinamiento me contactaron porque no acababan de estar a gusto. No sentían que fuera su casa. Fui a ver la casa y enseguida entendí qué pasaba y les dije: “Tenéis una casa muy bonita pero muy vacía, tiene muchas fugas a nivel energético. No hay cortinas, que son fundamentales porque te dan intimidad y visten mucho el espacio, cuando miráis la tele a los vecinos de enfrente os ven. Y nos pusimos a trabajar, añadimos cortinas, verde, luces indirectas, creamos un espacio para recibir a gente sin que fuera invasivo por su intimidad, espejos…
En definitiva, convertimos una casa bonita en un hogar con personalidad. Están super contentos con el resultado y me dieron el mejor premio cuando me dijeron: «Ahora tenemos un hogar».
¿Qué valoran más los clientes cuando les propones un producto: el precio o diseño?
Hay de todo. Hay quien le gusta mucho el diseño y lo valora. Actualmente, podemos ofrecer diseños adaptados a todos los bolsillos. Al igual que en el mundo de la moda, en el mundo del diseño se ha democratizado a través de empresas como Ikea y otras que han logrado hacer diseño al alcance de todos. Evidentemente sigue existiendo el diseño exclusivo para aquellas personas que puedan y quieran pagar, pero quien no tenga grandes presupuestos también puede acceder al diseño.
Hablando con gente del sector inmobiliario, especialmente mujeres, están dando mucha importancia al home staging . ¿Qué piensas?
Es muy importante y es una tendencia que ha venido para quedarse. Todo entra por los ojos, somos seres muy visuales. Es como cuando diseñamos un escaparate, sabemos, porque está estudiado, que solo tenemos tres segundos para captar la atención de un peatón. En muy poco tiempo debemos transmitir mucha información para que la persona mire el escaparate, se pare y, si triunfamos de verdad, entre en la tienda. Y el home staging tiene la misma función aplicada en los pisos. Hay mucha gente que no tiene imaginación para ver cómo quedará una vivienda cuando la ven vacía y, por tanto, esta presentación les ayuda a proyectar cómo quedaría ese piso con los muebles que a ellos les gustan. Y inmediatamente, empatizan con el piso, tienen una conexión que a menudo les hace comprar. Es importante la primera impresión, el orden visual que antes comentábamos.
¿Has vivido en diferentes casas, qué recuerdos guardas de cada una?
Guardo recuerdos, pero no en forma de objeto, sino en momentos, en sensaciones. De la primera casa me llevo la vista que teníamos. Era un pisito muy pequeño, pero muy bonito y con unas vistas privilegiadas. Me quedaría con los cafetones que hacíamos el fin de semana disfrutando de la vista en las montañas.
¡Después estuve viviendo en un antiguo cine en Tiana! Era un proyecto muy bonito, habían reformado el edificio y habían hecho pocas viviendas, solo 6 o 7 y eran muy especiales. El mío era un loft con un techo muy y muy alto que me encantaba. De hecho, todavía me cuesta acostumbrarme a techos de alturas más normales. Y ahora seguimos en Tiana en una casa familiar en medio del pueblo y lo que seguro me llevaré será el confort de vivir en una casa de pueblo.
¿Qué valoras más cuando buscas una casa?
La luz es muy importante y soy muy exigente, quizás a veces demasiado. Pero lo que sobre todo busco es una casa que tenga alma, espacios con alma, que no sea convencional, que no sea un piso estándar. Necesito sentir algo especial cuando entro en un espacio.
Vives en un pueblo cerca del mar. ¿Pero eres más de pueblo o de ciudad?
Me encanta la ciudad y la necesito. Paso todo el día trabajando y la disfruto mucho, pero la paz que me da el mar, la montaña, el pueblo pequeño y acogedor, es muy importante para mí. Me siento recogida, tranquila.
¿Casa minimalista o llena de muebles?
¡Llena de muebles a reventar! ¡Ya no tengo más sitio! Me encantan los muebles, los objetos, los cuadros. Muchos no los enmarco porque no tengo dónde ponerlos. Soy de acumular y me cuesta mucho tirar.
¿Cuál es ese objeto que te has llevado a todas las casas?
Ahora reirás, pero es una planta. De hecho, es la primera planta que me regaló mi cuñada. Era una palmera pequeña que casi mato porque, aunque soy muy buena dando consejos para cuidar las plantas y siempre las pongo en mis proyectos, no sé qué ocurre, pero soy un desastre para cuidar a las mías. Me propuse que tenía que ser capaz de cuidar esa palmera y ahora, después de años, está fantástica y es más alta que yo.
Tú trabajas en casa. ¿Cuál es tu sitio favorito para hacerlo?
Tendrías que verme porque parezco como un perro cuando busco un rincón donde ponerse. Tengo mi propio ritual. Soy muy creativa por la noche, sin ruidos, sin interrupciones. Busco un sitio que, normalmente, es una esquina de la mesa del comedor. No cualquiera, una en concreto. También me siento muy a gusto en la cocina donde tengo una barra, pero lo cierto es que el sitio lo decido en función de lo que siento en el momento. Me hice un despacho en casa, mi espacio para trabajar, y la verdad es que lo utiliza todo el mundo menos yo. Voy con el portátil y una vela y, cuando encuentro el sitio adecuado, me instalo y empiezo a crear.
¿Eres ordenada o tienes tu propio orden?
Hay una frase que me encanta que dice: «El caos responde a un orden superior». Es decir, dentro del caos existe un orden muy estricto. Yo podría decir que soy ordenada, porque sé dónde está todo gracias a la memoria visual que tengo, pero es un orden muy peculiar.
Yo hago muchas cosas a la vez, mi forma de trabajar es como una gran ola y eso hace que pueda tener muchas cosas en danza a la vez, pero tengo claro donde está cada una de ellas.
Si volvieras a empezar, ¿te dedicarías a lo mismo? ¿O cambiarías algo?
¡Sí, empezaría antes! Mi madre siempre dice una frase muy bonita que es: «La vida la entiendes cuando miras atrás». Cuando yo miro atrás y reflexiono sobre mi trayectoria profesional, entiendo que por hacer lo que ahora estoy haciendo, han tenido que pasar muchas cosas. Tuve que conocer a personas concretas, pasar por buenas y malas experiencias, para llegar donde estoy ahora. También es verdad que yo en un momento de mi vida tuve mucha inseguridad, como mucha gente que trabaja sola y especialmente en temas creativos, y eso provocó que no me atreviera a coger ciertas oportunidades. Así que, haría lo mismo lo que hago, pero me gustaría haber comenzado antes para tener la seguridad necesaria antes.
¿Qué dirías a los jóvenes que quieran dedicarse al interiorismo o al escaparatismo?
Les diría dos cosas: ¡mucha constancia y mucho esfuerzo! Esto va de trabajar mucho y de buscar la vocación. Creo que, más allá de que puedas ganarte bien la vida, lo más importante es sentirte realizado.
Yo siempre digo a mis alumnos de escaparatismo que, la escuela te prepara muy bien, pero que hay cosas que no te cuentan como la realidad de cuando te encuentras en la vida real con un cliente con poco presupuesto, que tiene unas limitaciones. Es una situación muy frustrante que solo puedes solucionar poniendo mucha pasión en lo que haces. Si cuando acabas un proyecto de este tipo, ves la felicidad del cliente, ves su agradecimiento, esto es la mejor recompensa que puedes tener . ¡Es emocionante! Si realmente valoras las horas que has dedicado, la implicación, las noches llegando tarde a casa, nunca estaría suficientemente bien pagada.
Así que debes valorar todas las recompensas que recibes, las materiales, porque son que las necesitas para pagar las facturas, pero también las inmateriales porque las necesitas para sentirte realizado. ¡Que persigan su sueño!
Hablemos de los nuevos proyectos para este año.
Muchas cosas y muy distintas. Sigo con las colaboraciones con estilistas y revistas, pero he empezado proyectos muy diferentes y estimulantes como el del restaurante que te comentaba.
También tengo en marcha un proyecto con otra interiorista, Jess , con quien nos conocimos haciendo una casa juntas, y que me hace mucha ilusión, y es un hall de un hospital. Me hace ilusión porque los hospitales son aquellos lugares donde vamos a curarnos y, no sé porque, siempre son feos, algo deprimentes. Y respetando todas las normas sanitarias, por supuesto, se pueden hacer cosas bonitas. Me encantaría que la gente que va a un hospital se sintiera lo más a gusto posible.
Y deja que te cuente un proyecto que he realizado este año y que me hace mucha ilusión. Colaboré con una marca francesa de chimeneas de lujo y tuve un stand en la Fira de Verona en Italia. Ha sido mi primer proyecto internacional. Participé en el diseño y la idea creativa de todo el stand. Era un homenaje al fundador de la empresa que ha fallecido este año y creamos tres espacios distintos para mostrar el pasado, el presente y el futuro, con elementos icónicos de la marca. ¡Quedó muy bonito!