Hoy me dirijo a una de las oficinas que Fincas Blanco tiene en la avenida Madrid. Al entrar, me rodea un ambiente de acogida, de los lugares que están llenos de vida, de historia y con un lema claro: «A tu lado desde 1992». Me recibe Mercedes y más tarde conozco a su hermana, Mònica, que con emoción me cuentan cómo lo han conseguido todo con esfuerzo y dedicación. Tuvieron un buen referente, su padre, que fue su guía para hacer crecer una empresa que brilla bajo unos valores consolidados, como la armonía, la constancia, el entusiasmo y el sentimiento de equipo, entre otros. Ellas son un ejemplo que seguir, por ser mujeres empoderadas y luchadoras y orgullosas de ayudar a otras a serlo también.
¿Cómo fueron tus inicios en el sector inmobiliario?
Fueron de la mano de mi padre, que fundó la compañía. Al principio yo compaginaba el trabajo con los estudios. La primera oficina la abrimos en Hospitalet y, de hecho, es en la población donde todavía tenemos más oficinas. Con el tiempo, toda la familia se unió al negocio. Y todavía hoy, trabajamos las dos hermanas.
Empezaste a trabajar porque era lo que tocaba, para seguir la tradición familiar, ¿o lo decidiste tú?
Yo empecé trabajando en La Caixa, al mismo tiempo que estudiaba. Siempre he sido muy independiente y he querido valerme por mí misma. Fue una experiencia que recuerdo con mucho cariño y que me alegro de haber tenido.
Cuando mi padre puso en marcha la compañía, decidí sumarme al proyecto. Pero fue por decisión propia porque me gustaba la idea de empezar en ese negocio. Estaba estudiando Derecho y, al mismo tiempo, me saqué el título de Gestión Inmobiliaria y un curso de seguros.
Y cuando empezasteis, ¿qué tipo de agencia teníais en mente, qué queríais crear?
En nuestro caso, fue una decisión conjunta con el liderazgo de mi padre, pero todo se construyó escuchando las voces de todos. Y decidimos abrir oficinas entre los mercados en los que creíamos que podíamos crear sinergias.
Primero en Hospitalet, en diferentes zonas como Pubilla Cases, Collblanc, Centro… Y seguimos las demandas de nuestros clientes, que querían cambiar de vivienda por proximidad. Y, por eso, abrimos en Barcelona, Esplugues, Cornellà, Viladecans y Sant Feliu. Era un proceso de expansión muy natural, nos traía la demanda de los clientes y lo pudimos hacer gracias al gran equipo humano que teníamos y seguimos teniendo. Sin ellos no hubiéramos podido crecer y llegar hasta la Anoia, en poblaciones como Capellades, Igualada o Masquefa.
¿En qué se basa el modelo de negocio de vuestra compañía?
Ya llevamos muchos años en el mercado, pero seguimos con la misma filosofía: ser el referente en las zonas o localidades en las que tenemos presencia. Y siempre intentando dar un servicio de alta calidad, estar muy cerca de los clientes para fidelizarlos y convertirlos en nuestros grandes prescriptores.
¿Cuáles son los valores de Fincas Blanco?
Para nosotros es fundamental la armonía entre todo el equipo. Puede haber gente profesionalmente muy buena, pero que, si rompe la armonía, afecta negativamente al resto y a la empresa. También son muy importantes para nosotros la constancia y el entusiasmo porque, si no pones ilusión en lo que haces, las cosas no salen. Sin olvidar la profesionalidad y la proactividad, que son calidades muy importantes porque a menudo debes anticiparte a problemas que pueden surgir o en situaciones complejas y dar una solución profesional.
Veo que tenéis un cartel precioso con vuestros valores. ¿De dónde nació esta iniciativa?
Como en muchas empresas, unos años atrás definimos nuestra visión, nuestra misión y, por tanto, nuestros valores. Pero te hablo de hace 25 años, como mínimo. Cuando decidimos que estos eran nuestros valores y que queríamos que lo fueran para siempre, los pusimos por escrito para que todos los tuviéramos presentes, tanto los que ya formábamos parte de la casa como las nuevas incorporaciones que vinieran.
Y, algo muy importante, recursos humanos tiene clarísimo que alguien que no crea en estos valores, no puede unirse al equipo, por más impresionante que sea su currículum. Piensa que hace 30 años que empezamos y tenemos colaboradores que llevan más de 25 años en la casa y eso solo se puede conseguir compartiendo unos valores muy concretos. Y lo bonito es que este manifiesto que refleja nuestros valores, lo creamos entre todos: empleados, jefes, clientes y amigos. Por tanto, son unos valores compartidos y reafirmados por todos.
Y en todos estos años de trayectoria, ¿cuáles son los principales cambios que has visto en el sector?
Creo que el mayor cambio es el acceso a la información. Nuestros clientes actuales tienen un grado de conocimiento muy alto que les hace ser más exigentes porque saben de lo que hablan y lo que buscan.
Y el segundo gran cambio es sin duda la transformación digital del sector. A su vez, este es el gran reto porque nos ha llegado de forma acelerada, sobrevenida, tanto por la pandemia, como por el hecho de vivir en un mundo tecnológico, en el que estamos permanentemente conectados. Esto ha provocado un cambio en los procesos y en la forma e intensidad en la que nos comunicamos con los clientes.
¿Cómo habéis pasado este período tan difícil como ha sido la pandemia?
Ha sido difícil, como para todos. Pero nosotros teníamos la ventaja de que siempre hemos sido una empresa que ha sabido adaptarse a los cambios, mucho antes de la pandemia.
Recuerdo que nos reunimos telemáticamente y tomamos las medidas necesarias. De la misma forma que, cuando se pudo volver, lo hicimos siguiendo todas las medidas y de forma muy organizada.
Ha sido difícil porque teníamos que mantener una estructura, apoyar a nuestra gente ya nuestros clientes en una situación nueva, desconocida y atípica. Y, claro, el equipo y los valores de la casa han sido fundamentales para superar ese trance con unidad. Somos una familia y nos comportamos como tal.
¿Y cómo fue la adaptación a las nuevas tecnologías a la agencia?
En este aspecto podemos estar muy contentos. Nosotros ya habíamos entrado en el mundo tecnológico mucho antes de que la mayoría del sector, incluso, ya habíamos desarrollado internamente un CRM, cuando todavía no se hablaba del mercado.
Con la pandemia nos resultó muy fácil adaptarnos al trabajo remoto y, de hecho, seguimos aprovechando la potencia que nos dan estas herramientas para realizar el trabajo de forma más eficiente. Hemos hecho una gran apuesta por seguir avanzando, con la incorporación de nuevas herramientas y la implementación de una startup de gestión documental que hemos incorporado a la compañía y que ahora estamos mejorando. Nos gusta mucho el modelo de oficinas descentralizado que tenemos y la tecnología nos ayuda mucho en nuestro día a día.
Y la relación con los clientes durante este período, ¿cómo ha sido?
No ha sido fácil porque, por un lado, nuestros clientes están muy acostumbrados al trato personal y, por otro, en el mundo inmobiliario todavía no se puede realizar una operación 100 % en remoto. En algún momento el cliente debe ver físicamente lo que compra. También hemos experimentado el efecto de la gente que quería dejar las grandes ciudades y, de repente, tuvimos un alud de personas que se dirigían a las oficinas que tenemos en poblaciones más pequeñas porque querían dejar el piso donde vivían y comprar una casa con un jardín o una terraza bonita. Necesitaban más espacio para poder teletrabajar en condiciones.
Y este cambio de preferencias creo que ha venido para quedarse, ya no tanto para el lugar en el que la gente querrá vivir, pero sí por el tipo de vivienda que quieren. Ahora mismo, todo el mundo quiere una salida, una terraza, un balcón, mucha luz. Un piso oscuro hoy es muy difícil de vender. Creo que el impacto de la pandemia en este aspecto y otros nos quedará en la mente durante muchos años, o para siempre.
Hablamos de ti como mujer, en un sector todavía muy masculinizado. ¿Cómo ha sido tu experiencia?
Estamos en una empresa donde el porcentaje de mujeres es más del 50 % y donde las responsables comerciales la mayoría son mujeres. Pero la realidad del sector en general es que, aunque más del 50 % de los profesionales son mujeres, solo ocupan el 9 % de los cargos directivos. Aquí, en nuestra compañía, las estadísticas las rompemos, puesto que los altos cargos están ocupados por mujeres. Bien de hecho, el 80 % de las directivas somos mujeres y estamos muy orgullosas.
Y tú, además, tienes un cargo directivo en FIABCI, ¿verdad?
Sí, había sido vicepresidenta de FIABCI España y ahora, en FIABCI Internacional, como vicepresidenta del Comité de Promotores e Inversores a nivel internacional. En FIABCI, a escala mundial, hay diferentes comités, como el de agentes inmobiliarios (real estate), el de expertos donde están los abogados, arquitectos y otros profesionales del sector y el de administradores de fincas, del que formo parte.
La parte que me toca es muy interesante porque potenciamos el intercambio de experiencias y conocimientos, de nuevos modelos constructivos, de saber qué está haciendo un promotor de Singapur o uno de EUA. Compartimos temas como la eficiencia energética o los nuevos sistemas de limpieza del aire, que tan importantes se ha convertido en la irrupción de la covid o la creación de espacios compartidos en los grandes edificios para potenciar la interacción humana entre los vecinos.
Y, por supuesto, el gran debate que existe actualmente sobre qué ciudades queremos. Los promotores y la colaboración internacional son elementos básicos para hacer realidad estas ciudades que estamos imaginando entre todos para el futuro. El comité es para mí una fuente constante de aprendizaje y descubrimiento. Modelos como el coworking o el coliving, que hace 10 años nadie conocía en España y que ya se estaban construyendo en otros países, son ahora una realidad gracias a estos intercambios de información.
¿Qué piensas de la nueva ley de la vivienda?
Pues, es la que tenemos y debe aplicarse, eso está claro. Cierto que está provocando que muchos pequeños propietarios no quieran alquilar sus pisos y esto tiene un efecto negativo en la oferta.
En datos, muy por encima, te diría que el 30 % de los propietarios ha aceptado las nuevas reglas, y que un 40% ha decidido tener los pisos cerrados de momento hasta que deciden qué van a hacer y otro 30% ha decidido directamente venderlos.
¿Qué consejo darías a la gente que quiere comprar una vivienda?
Lo primero y más importante, que acudan a una agencia inmobiliaria de confianza. El mundo online puede estar muy bien para conocer, para informarte, pero el trato humano y los conocimientos de un profesional son esenciales en un proceso tan importante como el de comprar la casa en la que tienes que vivir. También es fundamental que las personas hagan un análisis realista de sus posibilidades económicas, que sean conscientes de lo que pueden y de lo que no pueden hacer. Y a partir de ahí, como te decía, ponerse en manos de un buen profesional con valores, que le acompañe y le aconseje en todo el proceso.
¿Crees que una buena preparación de los profesionales del sector es importante?
¡Creo que es imprescindible! La formación es muy importante. En nuestro equipo, tenemos gente que quiere aprender todos los días. Las regulaciones cambian, el mercado cambia a una velocidad de vértigo y tú, como profesional, debes estar al día de todo para darle un asesoramiento de calidad a tu cliente.
Nosotros apostamos firmemente por tener profesionales bien formados y evitar el intrusismo. Comprar una casa es una de las decisiones más importantes que una persona toma en su vida y nosotros, como profesionales del sector, debemos poner en valor nuestro trabajo con buenos profesionales. La gente no quiere problemas. Quiere alguien que garantice que todo irá bien y eso sólo puede hacerlo un buen profesional con la formación necesaria.
¿Qué destacarías del proyecto API?
Creo que hay que felicitarles por la transformación que están llevando a cabo. Están haciendo muy buen trabajo en muchos ámbitos. Pero yo destacaría la visibilidad que están dando a la profesión y el orgullo de pertenencia al colectivo que están despertando en muchos profesionales. Me encanta ver la parte formativa y el acompañamiento en transformación digital que están dando a muchas empresas que se habían quedado un poco atrás.
¿Y qué le dirías a una persona joven que quiere dedicarse al mundo inmobiliario?
¡Aquí no puedo ser imparcial porque este trabajo es mi pasión! Es un sector que te da muchas satisfacciones personales. Debes tener resiliencia, motivación, capacidad de resistir, pero después te compensa con toda la parte emocional que recibes cuando encuentras un hogar para un cliente, donde creará su futuro y su proyecto de vida.
¿Qué proyectos de futuro tenéis en Fincas Blanco?
Sobre todo, continuar con la transformación digital y tecnológica que tenemos en marcha y, lo más importante, seguir trabajando y siendo felices.