Meritxell Falgueras Febrer es la quinta generación de la tienda de vinos familiar Celler de Gelida, ubicada en el barrio de Sants en Barcelona. Ella afirma que el vino es un estilo de vida, puesto que ha vivido esta tradición familiar que la ha consolidado como una referente. Hablar con ella es un aprendizaje. Es maravilloso escucharla hablando de vinos. Se le ilumina la cara explicando pequeños detalles, anécdotas. Y las manos las hace volar para exprimir a cada gesto las palabras. Gracias a ella, muchas personas han descubierto y amado los vinos. Gracias a ella, las mujeres comienzan a tener un lugar reconocido en el mundo de los sumilleres.
¿Cómo te defines?
Me siento muy identificada con un cava rosado: ágil, divertido, gastronómico y glamuroso.
¿Qué es para ti el hogar?
Para mí el hogar es dormir con mis hijos.
¿Cómo es crecer en una familia en la que el vino lo es todo?
Sí, mi familia es muy especial. Y vivir y crecer con ellos ha sido un gran aprendizaje vivencial, cultural y al mismo tiempo muy gastronómico.
¿Cómo fueron tus inicios? ¿Era tu vocación? ¿Cómo te preparaste?
Mis inicios en el mundo del vino fueron ayudando a mis padres. Empecé en el mundo de la sumillería sin apenas darme cuenta. Soy la quinta generación de una tienda de vinos del barrio de Sants, el Celler de Gelida. En 2020 cumplimos 125 años. Siempre ha sido parte de mi ADN.
Estudié en la Escuela de Hostelería y Hospedaje en Barcelona, en la École du vin en Burdeos, en California, en Londres con el WSET mientras hacía la licenciatura de Humanidades en la Pompeu Fabra. También cursé un Erasmus en el Università degli Studi di Firenze y el DEA en Comunicación en la Ramon Llull. No paré de estudiar y prepararme hasta conseguir lo que realmente quería.
Hablando de las primeras veces, ¿cómo fue la primera vez que hiciste de sumiller? ¿Cuándo debutaste en la tele? ¿Cómo fue la primera vez que escogiste tu casa?
Me estrené de sumiller haciendo las prácticas en la Escola de Muntaner.
En TV3 me entrevistaron para un programa… ¡Estaba de los nervios! Y a raíz de esto empecé a formar parte del equipo de un programa que me encantó que fue En clau de vi
Mi casa actual es la que escogí. Estuve de soltera cuando solo tenía un piso muy pequeño y me encantaba. Aunque ahora viva con mis niños y sea dúplex.
¡Cómo nace Wines and the City?
Wines and the City nace de cómo me gusta la serie Sex and the City y cómo ha revolucionado la imagen femenina.
Ahora tú combinas la comunicación con la viticultura, ¿cómo llevas poder compaginar estos dos intereses?
¡Me encanta comunicar el vino! Y creo que ese cupaje es mi fuerte.
¿Cómo ha sido la experiencia de escribir libros y cómo te inspiras?
Fue una experiencia única. Escribía cuando mis hijos dormían. ¡Así que tenía que levantarme muy pronto!
Para aquellos que no sabemos tanto de vinos, en qué debemos fijarnos cuando estamos delante de un vino. ¿Qué consejos darías a un no entendido para elegir un buen vino?
Mi consejo sería: “Piensa en cómo estás, qué ánimo tienes y según cómo te sientas decide si te apetece un vino u otro. ¿Un rosado, un burbujas o quizás prefieres un abrazo de llicorella?
Para ti, ¿qué aspectos se deben tener en cuenta para definir la calidad de un vino?
La calidad de un vino se encuentra en el peso en boca de fruta y aroma.
¿Cuál es tu vino preferido y por qué?
Mi favorito es un blanco de garnacha blanca con crianza con las levaduras. Muy versátil.
Tienes un gran sentido del humor y eres muy cercana. ¿Crees que es una característica que te define?
Creo que soy muy auténtica e intento hacer sentir bien a todo el mundo que tengo alrededor.
¿Cómo diste el salto a la tele?
¡Cuando me entrevistaban en la radio o en la tele se me quedaban de contertuliana! Yo lo quería, me encantaba y me esforzaba por hacerlo siempre lo mejor posible. Y así he estado en muchos programas.
Es cierto que los vinos pueden ir ligados a las emociones y vivencias. ¿Cómo debe ser un vino para disfrutar con amigos o en soledad?
Totalmente cierto: el vino va ligado a las emociones. Y, por eso, yo siempre digo que el vino es tiempo embotellado y cada vez que vacías una botella de vino, la llenas de sensaciones.
Hablando de ti, ¿has vivido en muchas casas? ¿Qué recuerdos tienes de cada una?
Tengo muy buenos recuerdos de la casa familiar de la calle Vallespir. Es un ático con vistas bestiales. Y también lo recuerdo con mucho cariño, como cuando vivía en Florencia que dormía en un desván en el centro.
¿Cómo es la casa de Meritxell?
Mi casa está con mucho espacio para que los amigos vengan y compartimos el sofá. Y también con colores verdes botella y vino.
¿Qué es lo que nunca falta en tu casa?
¡En mi casa nunca faltan los vinos en el refrigerador de vinos!
¿Qué es lo que más valoras cuando buscas una casa?
Que la casa tenga terraza y pueda poner una hamaca.
¿Te ves dejando la ciudad para vivir cerca del mar o de la montaña?
Lo cierto es que no. Ya lo hice para vivir entre viñedos y no funcionó. Yo necesito la ciudad.
¿Tienes una casa minimalista o llena de muebles?
Tengo la casa llena de libros, velas, ropa, sillas…
¿Hay algún objeto que siempre te hayas llevado contigo a todas las casas?
Sí, tengo una mesa baja de madera para poner libros, copas de vino, que siempre me acompaña en todas las casas.
A la hora de pintar una casa, ¿te gustan los tonos cálidos o los blancos?
Me gusta el color blanco con un punto verde.
¿Tienes un rincón de casa en el que te inspiras para escribir o para degustar nuevos vinos?
¡Sí, por supuesto! En la barra de bar que tengo en la cocina.
¿Eres muy ordenada o tienes tu orden en casa?
Soy muy desordenada en casa, pero muy eficiente en el trabajo.
Si volvieras a empezar, ¿te dedicarías a lo mismo y lo harías de la misma manera? ¿Qué cambiarías?
¡Totalmente! Me encanta ser Meritxell Falgueras, ya que a lo que me dedico ahora es lo que soñé de pequeña.
¿Qué dirías a los jóvenes que quieren ser sumilleres?
¡Les diría que amen el vino y que aporten algo de su personalidad para enriquecerlo!
¿Cuáles son tus proyectos y retos para el futuro?
Tengo el reto de publicar mi primera novela.