Hoy tenemos el placer de hablar con Mònica Camba, una destacada profesional del sector inmobiliario con una historia fascinante. Su entrada en este mundo fue inesperada: mientras buscaba trabajo, empezó a trabajar en la agencia que le alquiló un piso. Esta oportunidad inesperada marcó el inicio de una carrera llena de logros y de crecimiento personal.
Con una experiencia personal de hasta catorce mudanzas en varios países, Mònica ha desarrollado una pasión por ofrecer un servicio personalizado y honesto. Esta experiencia única le ha permitido comprender profundamente las necesidades de sus clientes, aportando una visión práctica y empática.
Mònica cree firmemente que el sector inmobiliario es mucho más que vender casas; se trata de ayudar a las personas a tomar una de las decisiones más importantes de sus vidas. Tras trabajar en diversas agencias, decidió fundar su propia empresa con el objetivo de ofrecer un servicio completo y de acompañamiento constante, asegurando la satisfacción tanto del vendedor como del comprador.
Su agencia se basa en valores como la integridad y la honestidad, destacando la importancia de la formación adecuada en este campo para ofrecer un excelente servicio. En esta entrevista, exploraremos su recorrido profesional, los desafíos que ha afrontado y sus perspectivas sobre el futuro del sector inmobiliario. Descubriremos cómo su dedicación y experiencia personal han dado forma a su forma de trabajar ya sus consejos para los nuevos profesionales del sector.
- ¿Cómo fueron tus inicios en el sector inmobiliario?
Fue casi por sorpresa: alquilé un piso para mi familia justo cuando me encontraba buscando trabajo, y la misma agencia que me alquiló el piso me ofreció el trabajo.
Personalmente, por motivos profesionales, he tenido que realizar muchos cambios de casa (¡hasta 14!) y en diferentes países, con lo que tengo una experiencia como usuaria de los servicios inmobiliarios mucho más amplia que la gran mayoría de la gente. Esto me ayudó a saber exactamente lo que busca un cliente de una agente inmobiliaria.
- ¿Era tu vocación? ¿Cómo te preparaste?
No era mi vocación, la verdad. Como he comentado, fue casi por casualidad y mi experiencia personal fue el gran conductor en la definición de cómo debía realizar mi trabajo, además de la ayuda evidentemente de la primera agencia inmobiliaria en la que trabajé. Siempre he tenido el espíritu de servicio a las personas y este trabajo me permite poder profundizar en este tema de una forma que nunca me había planteado. Al final, la decisión sobre dónde una familia vive es una de las más importantes de su vida y que, habitualmente, se toma muy rara vez en la vida. Por tanto, es importante tomar esta decisión de la manera más informada posible.
- ¿Cómo imaginabas que sería tu agencia?
Después de un tiempo trabajando por otras agencias, vi que el servicio proporcionado podía darse de una manera más personal y eficiente y decidí montar mi agencia propia con este espíritu: ofrecer un servicio completo y de acompañamiento en todo el proceso, 24/7, tanto desde el punto de vista del vendedor como del cliente, de modo que ambas partes se encuentren completamente satisfechas de la operación de compraventa o alquiler que se realice.
- ¿Cuáles son sus valores?
Sobre todo, la honestidad y la integridad. Como he comentado antes, la decisión sobre dónde vivir se toma rara vez en la vida y es importante que puedas aconsejar adecuadamente a las personas desde la honestidad, de tal manera que confíen en ti y les des la seguridad de que no se están equivocando. Por ejemplo, no me importa perder una venta si creo que el comprador se está equivocando (por ubicación, por características del piso, etc.) e incluso, prefiero decirle al vendedor que el precio de venta que propone está totalmente equivocado aunque tenga el riesgo de perder al cliente.
Yo no capto casas diciendo que tengo cliente interesado si no es verdad. Siempre voy con la verdad por delante.
Al final, lo que realmente es importante es que las diferentes partes de una transacción inmobiliaria se sientan satisfechas y no sientan en ningún momento que están siendo engañados.
- ¿En qué se basa el modelo de negocio de su agencia inmobiliaria y por qué has optado por este modelo?
El modelo de negocio de mi agencia se basa en ofrecer un servicio completo y de acompañamiento total en todo el proceso, con una disponibilidad y dedicación personalizada por encima de lo habitual en el sector.
- ¿Qué demandas tiene y cómo da respuesta a todas ellas?
Las demandas del vendedor o arrendador son asegurar que su propiedad está bien posicionada en los diferentes portales inmobiliarios para que puedan colocarse lo antes posible, lo que obliga a asegurar que el precio es realmente el de mercado. Esto significa muchas veces tener que gestionar las expectativas iniciales, normalmente por encima de lo que indica el mercado. De nuevo, honestidad es clave.
En cuanto al comprador o arrendatario, es importante que tengan absolutamente toda la información sobre el inmueble y que tengan esa sensación tan reconfortante que, ante la importante decisión que deben tomar, piensen que no se les escapa nada.
- ¿Con los tiempos ha creado diferentes alianzas para dar una respuesta a 360° a sus clientes?
Efectivamente, el tiempo hace que vayas creando relaciones con distintos proveedores de servicios tangentes al de la intermediación inmobiliaria.
Actualmente, dispongo de una red de contactos que me permite recomendar soluciones a las necesidades de las diferentes partes en una transacción en cuanto a tasadores, renovación de cédulas o certificados energéticos, financiación mediante préstamos hipotecarios e incluso podemos organizar el siempre pesado tema de las altas y bajas del suministro. Y, últimamente, hemos añadido a este abanico la posibilidad de realizar una inspección realizada por un tercero del estado de un inmueble antes de ser adquirido.
- ¿Qué papel juega el marketing en su agencia?
El principal marketing realizado está basado en el mejor posicionamiento en los principales portales inmobiliarios, y de momento todavía la primera fuente utilizada por quienes buscan un inmueble. Actualmente, estamos reforzando la estrategia comunicativa en redes sociales como Instagram y TikTok.
- ¿A nivel tecnológico está preparado para afrontar los retos actuales?
Por supuesto. Disponemos de herramientas informáticas que nos permiten disponer de la información en todo momento y desde cualquier sitio.
- ¿Qué consejo darías a aquellas personas que quieren comprar una vivienda? ¿Y a las que quieren vender?
A los compradores les diría que es una de las decisiones más importantes de su vida y que es importante que estén muy seguros. He conocido casos, no gestionados por mí, de gente que ha comprado y, al mes, se han arrepentido. Revertir esta situación es realmente difícil, y vivir en un lugar en el que no te sientes cómodo es un problema personal muy grande.
En los vendedores, mi principal consejo siempre es el mismo: si quieres vender, el precio debe ser el de mercado, y no lo que tú piensas que tu vivienda vale en función de lo que tú has invertido en ella.
Me encuentro con casos en los que el vendedor ha cambiado, por ejemplo, el suelo por un mármol de muy buena calidad y muy caro, y eso quiere repercutirlo en el precio. Mi trabajo es hacerle entender que este suelo puede ser muy importante para él, pero que, para la mayoría de compradores, les da igual si es un mármol carísimo o un laminado de buena calidad, con un precio totalmente diferente. Gestionar las expectativas del vendedor es una de las cosas más difíciles en ese trabajo.
- ¿Qué formación crees que sería necesaria para poder dar respuesta a las necesidades del sector?
¡Este es un tema clave! Desgraciadamente, la falta de formación de muchas personas del sector ha hecho que nuestra profesión no esté debidamente valorada en la sociedad. Yo he vivido en zonas como EE.UU. y Australia y allí todo el mundo debe tener una formación específica para poder ser agente inmobiliario.
En Cataluña, sólo es necesario que el titular tenga la formación adecuada, pero, después, esta persona puede quedarse en casa todo el día y contratar personal sin ningún tipo de formación para realizar el trabajo, lo que deriva en un nivel de servicio no aceptable en muchas ocasiones o en información dada a las partes básicamente incorrecta. Creo que todos los que se dediquen a vender o alquilar inmuebles profesionalmente, no sólo los titulares de la agencia, deberían realizar el curso del AICAT o el equivalente.
- ¿Qué pueden aportar los agentes inmobiliarios a la sociedad y cuál será su papel en el futuro, digamos en 10 años?
Los agentes inmobiliarios pueden (y tienen el deber) aportar seguridad en el proceso de compraventa o alquiler de una propiedad, así como un excelente servicio en uno de los momentos más importantes en las vidas de las personas.
En 10 años, las nuevas tecnologías siempre deberían facilitar las transacciones inmobiliarias, pero el contacto humano debe ser siempre una parte importante de este proceso. Pero lo importante es que la profesión se profesionalice realmente, y si me permites la redundancia: que los que se dediquen a ello lo hagan con la preparación adecuada. Todo el mundo puede acceder a esta profesión, pero con la formación adecuada.
- ¿Qué destacarías del proyecto de la AIC?
Proporciona una plataforma de recursos que ha sido básica por el desarrollo de mi agencia. La información disponible ha sido y es realmente útil en un sector como el nuestro expuesto a cambios legislativos demasiado frecuentemente.
- ¿Qué le dirías a los jóvenes que quieren incorporarse a este sector?
Que se preparen adecuadamente, que no es un trabajo sencillo que todo el mundo puede hacer: se debe tener voluntad de servicio y estar preparado de forma que se pueda aconsejar a las diferentes partes involucradas en una transacción inmobiliaria, una de las decisiones personales y financieras más importantes que cualquier persona debe tomar en su vida.
- ¿Cuáles son tus proyectos y retos de futuro?
Quiero hacer crecer a mi agencia mediante una red de captadores y agentes debidamente preparados siempre que me permitan mantener mi nivel de servicio y satisfacción del cliente. Y me estoy planteando dar el paso hacia la administración de fincas, ya que creo que es un sector donde, igualmente, la calidad del servicio no siempre es la deseada. El principal reto que tengo es precisamente encontrar a gente debidamente preparada.