Peter Vives: «Para mí, el hogar es el lugar donde se puede ser uno mismo»

El nombre de Peter Vives es sinónimo de elegancia, de gentleman, de carisma y de excelencia interpretativa.

Desde muy pequeño y, por sus orígenes neozelandeses por parte de madre, ha estado unido al séptimo arte. Es unos de los rostros que ha conquistado la pequeña y la gran pantalla de nuestro país con papeles en series como Águila roja, El tiempo entre Costuras o Velvet, entre muchas otras.

Hoy nos abre las puertas de su casa para mostrarse tal como es fuera de los escenarios y por hechizarnos con su vertiente más íntima y cercana: la de pianista y enamorado de su hogar.

Peter, ¿qué es para ti el hogar?

Para mí, el hogar es el lugar donde se puede ser uno mismo. Es decir, mi hogar es donde puedo ser yo, tal como soy, sin artificios.

Tu madre es neozelandesa. ¿Qué diferencias hay entre las casas de allí y las de aquí?

Son muy diferentes, en Nueva Zelanda tienen mucho más espacio. Son más parecidas a las casas de estilo anglosajón o, incluso, te diría que son como las casas americanas.

La casa de mi tía, por ejemplo, es una casa enorme de dos pisos y rodeada de un jardín y de campos donde pastan vacas y ovejas. La casa más cercana se ve a lo lejos. En Nueva Zelanda viven 4 millones de habitantes en dos islas, que son tan grandes como Italia. Por lo tanto, tienen 10 veces más espacio que aquí. Si estás en la ciudad de Oakland, tal vez se parece más a las ciudades de aquí, pero en la mayoría de lugares la forma de vida no tiene nada que ver.

Trabajando de actor te toca vivir temporalmente en muchos lugares, ¿en cuántas casas has vivido?

¡En muchas! ¿Pero cuál sería el mínimo de tiempo para considerarlo mi hogar?

En Barcelona, he vivido en seis pisos diferentes. En Madrid, en tres. He estado un mes viviendo en la República Dominicana y otro en Valencia. También viví tres meses en Los Ángeles en un piso muy bonito.

Por trabajo he vivido en muchos lugares, pero durante muy poco tiempo; un año entero no lo he pasado en ninguna parte. Bueno, en la casa donde vivo ahora sí, ya hace un año.

Cuando trabajaba en la Riera de TV3 me mudaba cada ocho o nueve meses. Firmaba por un año y cuando terminaba la temporada de la serie, buscaba una casa nueva. Cambiaba muy a menudo porque me cansaba de vivir en el mismo lugar.

Si tuvieras que explicarnos un recuerdo de entre todas las casas donde has vivido…

Te hablaré de la primera, que quizá es la que te marca más. Cuando me independicé, me fui a vivir en unos apartamentos a primera línea del mar en Castelldefels. Guardo recuerdos con un sabor dulce, pero también otros más amargos.

Me gustaba poder salir a ver el mar cada día e ir a correr por la playa. Solo viví allí durante el invierno, ya que eran unos apartamentos que en verano se alquilaban a los turistas y eran bastante caros, lo que no ocurría en los meses más fríos. Lo alquilé de noviembre a enero. Tenía buenos recuerdos de cuando era pequeño, porque cuando mis padres arreglaron nuestra casa, vivimos unos cuantos meses aquí. Volver fue como una especie de regresión.

Ahora bien, me sentí muy solo. Si quería ver a alguien, un amigo por ejemplo, tenía que de