Ramon Corominas: «La pandemia nos ha enseñado, tanto en lo personal como en lo empresarial, lo débiles que somos como individuos, y lo fuertes y resistentes que somos como colectivo»

Hablar con Ramon Corominas de Finca Habitat es tener el privilegio de hablar con un experto del sector. Estos días va muy ocupado cerrando reuniones, visitas al notario y ventas… El sprint final antes de las merecidas vacaciones. Ha vivido muchos cambios, buenos y no tan buenos, en el mercado inmobiliario y eso le ha dado una sabiduría y un bagaje que siempre comparte en los distintos lugares que ocupa. Aunque como dice él, en esta profesión hay que seguir aprendiendo todos los días. 

¿Cómo fueron tus inicios en el sector inmobiliario? 

Veníamos de una faceta profesional muy diferente a la actual como API y, de hecho, sin una preparación específica para el mundo inmobiliario. Mis inicios fueron en el sector financiero, gestionando créditos hipotecarios, y con la crisis del 92, dedicándome a la gestión y venta de activos bancarios de la entidad que estaba trabajando. 

¿Era tu vocación y cómo te preparaste? 

Resultó ser una vocación hallada, y no esperada, y que en sus inicios pude aplicar muchos de los conocimientos universitarios y laborales adquiridos. Pero me di cuenta de que, para ser un buen profesional, no era suficiente. Necesitaba una formación más específica para abarcar la diversidad del sector. En este sentido, me apuntaba a todo lo que ofreciera cubrir aquellos “agujeros negros” que detectaba: urbanismo, construcción, promoción, legislación, fiscalidad, marketing… Reconozco que, a día de hoy, todavía sigo aprendiendo. Estamos en una profesión que lo requiere. 

¿Cómo imaginabas que sería tu agencia inmobiliaria?  

Desde un principio, buscaba tener una agencia con valor añadido, que pudiera dar servicios integrales, con un trato personalizado y de proximidad. Esto no hubiera podido ser posible sin la asociación y apoyo de los socios fundadores de Finca Habitat. 

¿En qué se basa el modelo de Finca Habitat y por qué optaste por este? 

La idiosincrasia de Finca Habitat es principalmente el encaje con la asesoría de empresas y particulares de la que forma parte: Lleal Tulsà Assessors, que fue creada en 1984, inicialmente con las áreas de fiscalidad, laboral y contabilidad. Con el paso del tiempo, se fue ampliando a otras áreas, como la jurídica, gestión administrativa, extranjería, protección de datos y comunicación, y con los servicios inmobiliarios, que desde su creación, dirijo. 

Su modelo, en un sentido interno, se entiende como un departamento más dentro de una asesoría, dando servicios a nuestros clientes comunes, provenientes de las diferentes áreas de nuestra empresa, y al mismo tiempo, provenientes de la red de col colaboradores externos repartidos por el territorio. 

 

Desde que empezó hasta ahora, ¿cuáles son los cambios más notorios que has podido captar en el mercado y en los clientes? 

Sin duda, los cambios más notorios han venido por la digitalización y el marketing. Las tecnologías han transformado a la sociedad y la economía y, por supuesto, al sector inmobiliario. Y, sobre todo, la tecnología seguirá transformándonos hasta cuotas inalcanzables hace unos años. Todo vendrá de la evolución de las proptech y de las nuevas oportunidades materializadas en servicios y soluciones, tanto por inversores, propietarios y inquilinos. 

¿Cuáles son los valores de tu empresa?
Desde su creación, nuestro leitmotiv ha sido ofrecer unos servicios profesionales e integrales, que abarquen las necesidades particulares de nuestros clientes. Esto nos exige una formación y evolución constante y una necesidad de colaboración interdepartamental y exterior fluida. 

¿Ha cambiado en estos años su método de captación de clientes? 

Fue una evolución natural, más que un método. La prescripción nos viene dada por los referentes y afiliados. Cada vez invertimos menos en telemarketing para este fin, ya que la calidad de captación carece de comparación. 

¿Habéis notado un incremento de clientes que abandonan las grandes ciudades para vivir fuera? 

Sí, especialmente en Gerona capital. Hemos notado un incremento de la demanda, para su primera residencia, hacia poblaciones fuera de la ciudad. Existen diversas explicaciones, entre otras, la evolución de los precios y el aumento de servicios y comunicaciones en las poblaciones cercanas. 

¿Cómo os ha impactado la covid? ¿Os ha hecho modificar alguno de sus procesos? ¿Cómo crees que ha afectado a la mayoría de las agencias inmobiliarias de Girona? 

Creo que la pandemia nos ha enseñado, tanto en lo personal como en lo empresarial, lo débiles que somos como individuos, y lo fuertes y resistentes que somos como colectivo. 

En cuanto a todas las agencias inmobiliarias, no solo de las comarcas gerundenses, nos ha obligado a avanzar en materia de digitalización y en comunicaciones y a potenciar la colaboración entre agencias. 

Durante muchos años fuiste el presidente del COAPI de Girona. ¿Qué destacarías de aquella época y qué aportaciones y cambios hiciste para mejorar el sector? 

Guardo muy buenos recuerdos, aunque mi etapa como presidente del COAPI de Girona se inició en el período de la grave crisis inmobiliaria. En aquellos momentos era necesario tomar decisiones que fortalezcan una organización de profesionales y que, tanto la entidad como sus miembros, fueran valorados por la sociedad, como un elemento de valor añadido. Se invirtió en elementos esenciales hoy en día como la digitalización, la comunicación, la formación y la colaboración con otras organizaciones público-privadas, y se crearon nuevos servicios, que ofrecían nuevas oportunidades de negocio y de participación a los colegiados.
 

También quiero subrayar que, juntamente con los COAPI de Barcelona y de Lleida, se fundó la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (AIC), en gran parte, fruto de las negociaciones y desarrollo de la Ley de la vivienda y del Registro de agentes inmobiliarios de Cataluña, en el que previamente se había participado. 

Debo reconocer que, todo lo que logramos en aquella etapa, no hubiera sido posible sin la impagable dedicación y entusiasmo de los compañeros y compañeras de las diferentes juntas que presidí, del fiel personal que forma el COAPI, de la confianza de los colectores colegiados de las comarcas de Girona y de la colaboración entre los COAPI de Catalunya. Y, por supuesto, de la imprescindible persona de Joan Ollé, un visionario del potencial de la AIC y del sector inmobiliario. 

Actualmente estás en la junta de la AIC y unido también al COAPI. ¿En qué líneas de acción trabaja? 

Sigo en la junta de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña desde su creación, como socio fundador, representando al COAPI de Girona. Actualmente como vicepresidente.
Se está trabajando y desarrollando diferentes proyectos de futuro, que nos permitan, cualitativa y cuantitativamente, consolidar la organización como una asociación inclusiva de referencia en el sector, y al mismo tiempo, racionalizar, ampliar y expandir la cartera de servicios. 

Hablando de las leyes que han salido estos últimos años, ¿qué piensas? La ley de la vivienda, la ley de costas, la limitación de los alquileres… 

Hemos sido muy participativos en alguna, incluso personalmente he sido ponente en diferentes comisiones parlamentarias que las desarrollaban. Para no entrar en detalle, que sería muy extenso, debemos seguir colaborando e incidiendo en todas aquellas legislaciones que surgen, o que deben modificarse, y ser muy críticos en aquellas en las que no nos han querido escuchar o aplicar nuestras recomendaciones. Eso sí, de forma constructiva. De eso depende que seamos referentes en el sector y en la sociedad. 

¿Cómo ves la evolución del mercado residencial durante este año?
Con una evolución muy positiva, fruto de una recuperación pospandémica, y que solo puede ser truncada por los riesgos inflacionistas, y por la carencia de activos inmobiliarios. 

¿Qué consejo darías a aquellas personas que quieren comprar una vivienda, cuál sería? 

Que hagan realidad sus ilusiones, actuales y futuras, con equilibrio con sus posibilidades. Y por supuesto, que se dejen asesorar por un profesional, que en el proceso hay muchas cuestiones a tener en cuenta: la ubicación perfecta, los servicios disponibles, las comunicaciones, las calidades, las ordenanzas, la comparativa y alternativas, la fijación del precio de compra, la financiación … Hay factores y procedimientos de compra que pueden resultar complejos. 

El valor añadido que aporta un profesional a la hora de vender un inmueble es importante. Los agentes inmobiliarios aportan una información técnica y jurídica fundamental a la hora de realizar el proceso de compra. Existe una gran diferencia entre quien aporta conocimientos especializados en todos los aspectos del proceso y quien sólo trata de vender un inmueble concreto sin la flexibilidad y el conocimiento que una inmobiliaria puede añadir a la hora de mostrar varios productos de su cartera adaptados a las necesidades del comprador. 

¿Qué formación crees que sería necesaria para poder dar respuesta a las necesidades del sector? 

La formación es clave en toda su vida profesional. Imprescindible tanto cuando nos iniciamos como cuando nos ejercitamos como agentes inmobiliarios. Sin duda, necesitamos recibir formación, y no solo de nuevas materias, también hay que reciclarnos periódicamente. Al mismo tiempo, debemos tener las herramientas que nos permitan resolver las cuestiones que surgen. En este sentido, nuestros colegios profesionales y la AIC cubren esta necesidad, tanto con la amplia oferta de cursos, seminarios y ponencias, como en los servicios de consulta de que disponen. 

¿Qué papel crees que juega el marketing en el sector inmobiliario? 

Esencial. Hoy en día, quien no tiene un plan de marketing, no sabe qué objetivos y resultados tiene. Tal y como dice una de sus definiciones, el marketing es la actividad para crear, comunicar, entregar e intercambiar ofertas que satisfacen las necesidades de un mercado, obteniendo un beneficio por las partes participantes. Si aplicamos esta definición al sector inmobiliario, serían las técnicas o estrategias que miden y aplican, la captación de inmuebles, la captación de clientes potenciales, y su comercialización, además de la identificación de la marca o agencia comercializadora, y de los suyos integrantes. Hacer su seguimiento evaluar los resultados nos permiten evolucionar y seguir adelante y no hacerlo implica el riesgo de quedarnos fuera del mercado. 

¿Qué pueden aportar los agentes inmobiliarios a la sociedad y cuál será su papel en el futuro, digamos en 10 años? 

Los beneficios que podemos aportar los agentes inmobiliarios a la sociedad son y serán los mismos ahora que en el futuro: conocimiento del producto, identificación del equilibrio entre la oferta y la demanda, así como la inversión y aplicación de procesos.
Las herramientas se evolucionarán, los entornos y las legislaciones cambiarán, pero, en definitiva, el valor añadido de los agentes inmobiliarios será el mismo. 

¿Qué destacarías del proyecto API? 

Que es un proyecto que se está afianzando. La unión y agrupamiento de los agentes inmobiliarios bajo una marca hace que puedan obtenerse mejores herramientas, mejor representación y defensa de sus intereses, y ser más eficiente. 

Su riqueza y potencialidad es la que nos confían sus asociados y colegiados, permitiendo ser un referente en el mercado inmobiliario, y seguir evolucionando. 

¿Qué dirías a los jóvenes que quieren incorporarse a este sector?  

Que quieran la profesión, que les ilusione. Que se formen académicamente, y que exploren la diversidad de actividades, funciones y lugares que ofrece el sector, y en aquel que se sientan atraídos, que lo desarrollen. 

Que se dejen aconsejar y colaboren con aquellas instituciones que les den confianza. Que no quieran hacer el camino solos. 

¿Cuáles son tus proyectos de futuro para este año? 

Para este año, consolidar y cuantificar los resultados de los proyectos que apostamos en cuanto a actividad de colaboración, externalización y simplificación de procesos. Para los próximos años, la que nos hace mucha ilusión es estrenar nueva sede, así como ampliar el catálogo de servicios inmobiliarios, y evolucionar el contacto con nuestros clientes. 

Esperamos que no se vean truncados por los augurios de tormenta que se sienten de fondo. Los agentes inmobiliarios sabemos navegar, y como buenos marineros también sabemos guardar la barca.